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Ley seca: multaron a 18% de los comercios inspeccionados
Para los comerciantes que violen esta norma se prevé, en los primeros 30 días de vigencia, multas de 300 a 10.000 pesos y el decomiso de las bebidas alcohólicas que estén a la venta.
A partir de los 30 días los comercios que no estén habilitados para la venta de bebidas alcohólicas e igualmente las despachen deberán abonar la multa y sus locales serán clausurados en forma preventiva, pero en caso de reincidencia la clausura será definitiva.
Los propietarios de los comercios mostraron su disconformidad con la ley sancionada la semana pasada por la Legislatura porteña, mientras el titular de la Unión de Kiosqueros, Eduardo Medaglia, dijo que los comerciantes "presentaron recursos de amparo".
"Los dueños de kioscos desde la semana pasada fueron presentando recursos de amparo porque esta ley es violatoria de la Constitución Nacional y es discriminatoria", dijo Medaglia.
"Espero -sostuvo el dirigente- que esta no sea otra medida del gobierno realizada sólo para recaudar dinero, más bien me inclino a pensar que es producto del accionar de ciertos lobbys que influyeron en sacarla".
Indicó además que "muchos de los locales que estaban habilitados para vender bebidas alcohólicas ahora no lo están y el gobierno porteño les cobró a los propietarios por esa habilitación".
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires dijo que se reunió con el presidente de la Unión de Kiosqueros y les ratificó las medidas de restricción que dispuso.
Sebastián, propietario de un comercio ubicado en Vicente López y Uriburu, aseguró que esta medida "es inútil porque los chicos compran esas bebidas energizantes -que no son consideradas alcohólicas- y luego las mezclan con vodka que adquieren en un supermercado".
Aseguró además que ahora "todas las personas que se encargaban de tomar los pedidos y de distribuir las bebidas a los kioscos y maxikioscos van a quedar sin su trabajo".
Ramiro, empleado de un maxikiosco de Pueyrredón y Juncal, destacó a su vez que "las pérdidas de los kiosqueras serán muchísimos y muchos correrán el riesgo de cerrar sus negocios".
"Todavía no pudimos devolver toda la mercadería, lo que deberían penalizar es tomar alcohol en la calle, me parece que esta es una ley que no servirá para nada", puntualizó el comerciante.
El gobierno porteño dijo que con esta ley "no se pretende imponer un cambio drástico en el corto plazo sino que tiende a generar un cambio gradual en lo cultural y en los hábitos de consumo".
"La nueva ley es una extensión natural de las normas que están vigentes a escala nacional y local, mientras que en el artículo 51 del Código Contravencional estaba severamente restringida la venta de alcohol a menores", remarcó un comunicado del gobierno porteño.
Un vocero municipal explicó que "antes era muy difícil definir legalmente a los kioscos o maxikioscos y, si bien existían normas que penalizaban el expendio de alcohol, no se podía aplicar bien la norma".
" Esto se daba así porque había kioscos que estaban habilitados de otra manera y no se le podía aplicar ninguna sanción. Con esta ley se define bien lo que es un kiosco y maxikiosco y se prohíbe la venta total de bebidas", refirió la fuente.
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