Como una ironía más para completar el caprichoso proyecto del tren bala a Rosario en un país carente de buenas rutas y con servicios ferroviarios que no alcanzan para cubrir las necesidades diarias de transporte de millones de argentinos, el gobierno advirtió que el tren El Gran Capitán que ayer permaneció varado durante 9 horas en Entre Ríos y tardó casi dos días en llegar desde Misiones hasta Buenos Aires no cuenta con autorización para circular.
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El episodio no sólo enajenó a los pasajeros sino que agitó la polémica sobre la responsabilidad del Estado en el servicio de transporte, en medio de la euforia oficial por el tren de alta velocidad. Justamente, por el tema viajó esta semana a Europa el secretario de Finanzas, Hugo Secondini, para cerrar los detalles vinculados al desarrollo del proyecto por parte del grupo francés Alstom.
En medio de tanta parafernalia llegaron ayer los pasajeros a bordo de un servicio en condiciones tan precarias que, incluso, se quedó sin agua y sin comida, amén de la falta de luz en todos los vagones causada por un desperfecto técnico. Por la demora, la empresa que opera el servicio, la correntina Trenes Especiales Argentinos (TEA), se vio obligada a devolver a los pasajeros el importe de los boletos.
«No teníamos comida, ni agua en los baños, ni luz en los vagones. Nos trataron mal y nos discriminaron», se quejó una turista colombiana que formó parte del pasaje que vivió otra odisea a bordo de El Gran Capitán, el tren que ofrece llegar a Buenos Aires en 26 horas y que esta vez lo hizo en apenas 47 horas.
Por su parte, la empresa brasileña América Latina Logística (ALL), concesionaria del transporte de cargas en la región mesopotámica, salió al cruce de las declaraciones de TEA, que desde un primer momento cargó contra ALL porque, a su criterio, de ellos dependen el mantenimiento de las vías y la provisión de tracción. «Desde un primer momento apoyamos la reactivación de los trenes de pasajeros al interior del país y lo seguiremos haciendo, pero TEA es la responsable final del servicio. ALL no recibe ningún tipo de subsidio por el servicio», indicó Hernán Pesqueira, gerente de Relaciones Institucionales de ALL.
Acusaciones
«Es cierto -agregó- que ALL tienen la responsabilidad de brindar el material tractivo, pero TEA incumple todo tipo de cuestiones básicas económicas del acuerdo: tienen una deuda de más de un millón de pesos más intereses desde hace un año y medio, por liquidaciones de gasoil, repuestos, mantenimiento de vías y pago del personal de conducción. Es fácil brindar un servicio cuando uno no se hace cargo de pagar ninguno de los costos operativos. Lo que recibe por ingreso de pasajes va a los bolsillos de TEA como gananciaya que tampoco paga ningún tipo de canon.»
En tanto, la Secretaría de Transporte de la Nación aclaró que «este servicio prestado por TEA contó con un permiso de carácter provisorio y precario, otorgado a la citada provincia, hasta tanto se efectuara el correspondiente llamado a licitación».
A través de un comunicado expresó que «la Secretaría de Transporte llamó a licitación pública nacional e internacional el 21 de marzo de 2005 y que pese a que TEA no participó de ese proceso, presentó medidas cautelares ante la Justicia Federal de la provincia de Corrientes, que paralizaron indefinidamente el proceso licitatorio».
A raíz de esta situación, la cartera que conduce Ricardo Jaime «deslinda responsabilidades del gobierno nacional en las irregularidades del servicio» y hace responsables de lo ocurrido a la provincia de Corrientes, a la empresa TEA y al Juzgado Federal de primera instancia de la provincia de Corrientes.
El tren de pasajeros El Gran Capitán arribó a la estación Federico Lacroze pasadas las 18, tras haber permanecido varado en la localidad entrerriana de Basavilbaso debido a problemas técnicos.
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