20 de junio 2004 - 00:00

Murieron todos los mineros de la tragedia de Río Turbio

Divisaron los rescatistas los cadáveres de los siete obreros que seguían atrapados. Ya se retiraron los cuerpos de tres de las víctimas.

Efectivos de la Gendarmeria Nacional, custodian la mina llamada chiflon 7, lugar donde rescataron a los tres mineros ya sin vida, y a la espera de extraer a los otros cuatro que permanecen en el interior de la misma.
Efectivos de la Gendarmeria Nacional, custodian la mina llamada chiflon 7, lugar donde rescataron a los tres mineros ya sin vida, y a la espera de extraer a los otros cuatro que permanecen en el interior de la misma.
La remota esperanza de encontrar algún minero con vida tras la tragedia de Río Turbio se esfumó ayer por completo cuando los rescatistas divisaron los cadáveres de los siete obreros que seguían atrapados, con lo que suman 14 las víctimas de la tragedia.

Paulino Rodríguez, secretario de Producción y Medio Ambiente de esa ciudad, informó que se retiraron ayer de la mina los cuerpos de tres de las víctimas.

Cinco de los cuerpos fueron detectados en la unión 10 de la galería principal, y tres de ellos fueron hallados con una gran hinchazón por el avanzado estado de descomposición, explicó Rodríguez, y precisó que uno presentaba deshidratación por temperatura.

Las cuadrillas de rescate se encontraban al cierre de esta edición recambiando los equipos y tubos de oxígeno para reingresar a la mina y extraer a la superficie a los cuatro trabajadores que aún permanecían en los túneles.

Los primeros tres mineros retirados ayer -Vallejos, Rebollo y Armella- fueron velados en el centro cultural de Río Turbio, el mismo sitio donde el jueves se despidió a los otros siete hombres que perdieron la vida tras el desastre.

Allí se formó una capilla ardiente y se dio una misa de cuerpo presente que también contó con una guardia de honor para despedir a los compañeros fallecidos que ya son considerados mártires en esta ciudad patagónica.

Vallejos y Armella serán sepultados en el cementerio de 28 de noviembre, la localidad lindera a la mina en la que residían, mientras que Rebollo será conducido a Chile, país de donde era oriundo.

En el hospital de Río Turbio el clima imperante era de desolación. Allí estaban las familias de los mineros que fueron divisados pero que aún no pudieron ser sacados de la montaña.

Es que hasta la tarde del viernes, todavía albergaban una mínima luz de esperanza de hallarlos con vida, más aún cuando fuentes del municipio dijeron que los mineros podrían haberse refugiado en un sitio donde se habría formado un bolsón de aire.

La ilusión de los parientes se desvaneció con el correr de las horas y dio paso al enojo con funcionarios y con medios de difusión nacionales que emitieron la noticia de que los desaparecidos habían sido divisados.

Es que los familiares habían pedido encarecidamente al presidente del comité de crisis e intendente de Río Turbio, Matías Mazú, que fuera él quien diera la información si aparecía algún cuerpo para evitar el impacto de enterarse por los medios.

En tanto, se aguardaba anoche el arribo de los equipos de trabajo español y de Naciones Unidas que colaborarán con los técnicos locales en la reparación del interior de los túneles.

La llegada de los rescatistas de la ONU se demoró porque tuvieron problemas de aterrizaje en Puerto Natale y debieron desviarse hacia El Calafate por lo que el arribo se demorará algunas horas más.

Otro equipo de trabajo español llegó al país para sumarse a la tareas, informó Jesús Blasco, director de minería de ENDESA, quien destacó que la delegación trajo "distintos elementos para poder trabajar en la mina", entre ellos 22 equipos de respiración autónoma.

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