6 de noviembre 2005 - 00:00

Papeleras: Kirchner y Tabaré patearon discusión hasta 2006

Se reunieron ayer al término de la Cumbre. Ambos acordaron no hacer más declaraciones hasta marzo, cuando el BM dé su veredicto sobre los efectos contaminantes de las fábricas.

Mar del Plata (enviado especial) - Finalmente Néstor Kirchner y Tabaré Vázquéz abordaron ayer en Mar del Plata el conflictivo tema de las papeleras y tal como lo adelantó Ambito Financieron decidieron patear el conflicto hasta marzo del año que viene, cuando el Banco Mundial de su veredicto sobre los efectos contaminantes de las empresas.

Los negociadores de los ministerios de Relaciones Exteriores de la Argentina y Uruguay ya habían acordado hace unos días este encuentro que se celebró ayer por la tarde, cuando ya había finalizado la Cumbre. Kirchner, más distendido tras la firma del documento final, recibió al mandatario uruguayo en la que fue su última reunión bilateral del fin se semana. Todo lo que se preveía pasó. Vázquez consiguió la foto amistosa con el patagónico para descomprimir el conflicto que en las últimas semanas parecía agravarse, ajuzgar por el tono de las declaraciones desde ambos márgenes del Río Uruguay.

El presidente argentino inclusive confirmó que concurrirá al evento que está organizando el uruguayo, la próxima cumbre de jefes de Estado del Mercosur en Montevideo en la segunda semana de diciembre, en el que no habrá mayores declaraciones contradictorias y violentas hasta marzo de 2006.

Ese mes, probablemente todo cambie en las relaciones bilaterales entre los dos países: para marzo del próximo año se espera que la comisión binacional avalada por el Banco Mundial termine de realizar sus investigaciones sobre las dos plantas que la empresa finlandesa Botnia está levantando en el río Uruguay, y que según la posición argentina son altamente contaminantes, cosa que niegan desde el país vecino.

Hasta ese momento, y según lo que se acordó ayer entre los dos países, Kirchner y Vázquez intentarán mantener una relación diplomática y prolija, procurando evitar declaraciones cruzadas como las de hace 10 días, cuando el gobernador entrerriano Jorge Busti deslizó, y luego negó, que la voluntad de seguir adelante desde el Uruguay con la instalación de la planta se debía a la aparición de "incentivos".

Esto había generado el pedido de explicaciones desde el gobierno de Vázquez, lo que apareció horas después pero sin mayor convicción desde el costado argentino. El problema diplomático se declaró como superado desde las dos orillas, pero quedó el problema de las plantas y sus potenciales efectos contaminantes sobre la costa entrerriana.

En definitiva, lo que acordaron ambos presidentes es sencillo: no levantar más olas hasta que la comisión de técnicos que trabaja para los dos países y que está avalada por el Banco Mundial, el organismo que financia gran parte de la radicación de las plantas papeleras con créditos por más de u$s 700 millones, dé su veredicto.

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