11 de diciembre 2006 - 00:00

Peligroso: se despide Solá con más impuestos a los que ya pagan

Buenos Aires - En la constante búsqueda de aumentar la recaudación y equilibrar el mayor presupuesto provincial del país, el gobernador Felipe Solá prepara ahora una nueva reforma impositiva que incluiría un gravamen «a la riqueza» o una modificación de la alícuota o de la valuación fiscal del tributo inmobiliario para propiedades de alto valor.

La ingeniería que tiene previsto aplicar el gobierno bonaerense se da dentro del armado del proyecto de Presupuesto 2007, que estaría siendo presentado a la Legislatura esta semana, con gastos en torno a los $ 27.500 millones, unos $ 3.500 millones más que este año (fueron $ 22.418 millones, más una ampliación de $ 1.500 millones), y sin contemplar superávit.

La presión que reciben Solá y el ministro de Economía Gerardo Otero son los servicios de deuda 2007, que rondarían los $ 5.500 millones -será necesario negociar un fuerte financiamiento federal- y la exigencia de aumentos salariales de gremios estatales en pie de guerra.

También el Poder Judicial está peleando por su parte, con una solicitud de aumento de 34% de su presupuesto, lo que llevaría esta partida a casi $ 1.500 millones. Los números del Ejecutivo sólo incluyen $ 1.200 millones para este destino.

  • Reforma

    En lo que respecta a la reforma impositiva que planean Solá y Otero en su último año de gestión, en el caso del «impuesto a la riqueza», consistiría en un gravamen que se aplicaría sobre la suma del patrimonio de los contribuyentes cuyos bienes, en conjunto, superen un valor que todavía no está definido.

    Este tipo de impuestos generaría polémica y, además, es altamente probable que los contribuyentes apelen a la Justicia para frenar la medida. Cabe señalar que la Nación ya cobra el Impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales.

    En este sentido, el subsecretario de Ingresos Públicos, Santiago Montoya, ya sufrió el efecto judicial, a principios de año, de la suspensión de los superpoderes que, entre otras medidas, habilitaba embargos a morosos sin mediación judicial. Días atrás, la Justicia también paralizó una «liquidación exprés» de Impuesto a los Ingresos Públicos.

    Es en este panorama que Solá estudia evitar posibles nuevos conflictos judiciales apelando a otra estrategia. Esta opción B pasaría por un aumento, en la práctica, de los montos que pagan por el Inmobiliario Urbano los contribuyentes que poseen unidades de «alto valor». Se trataría de una «sobrealícuota» para aquellos inmuebles que superen un valor fiscal por determinar.

    No sería ésta la primera reforma impositiva que aplique Solá. El año pasado, el Presupuesto presentó aumentos del inmobiliario rural por hasta 120% en las zonas más productivas de la provincia. También se aplicó un adicional de 30% de Ingresos Brutos para empresas con facturación superior a $ 500 mil por mes, cuota que luego bajó a 20% y no sufriría cambios en 2007.
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