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Porto ganó la última edición de la Copa Intercontinental

Nuno Maniche fue elegido como mejor jugador
Efectivamente, el cansancio acumulado se hizo notar en Porto, que entre semana venció con agonía a Chelsea por 2-1, zafó de convertirse en el primer campeón continental en quedar eliminado en primera ronda y llegó a Japón apenas el jueves, a diferencia de Once Caldas que lo hizo hace dos semanas.
Desde el arribo del Porto a Tokio, el arquero arquero Vitor Baia tuvo problemas para adaptarse al cambio de huso horario y hoy, incluso, sufrió un leve desvanecimiento cuando se jugaba el primer suplementario que obligó su reemplazo y a trasladarlo a un hospital por precaución.
Parecía una señal para Once Caldas, pues ingresó frío Nuno en reemplazo de Baia, aunque este no influyó finalmente en el resultado, justo para el equipo que quiso y mereció más, sobre todo mientras tuvo piernas para buscar el resultado.
Porto había llegado dos veces en los 90' a la red, pero ambos goles, los dos del sudafricano Benedict McCarthy, una de las figuras de la cancha, fueron anulados por supuesto fuera de juego. El primero fue a los 6', cuando ingresó por detrás de la
defensa y empujó al gol desde posición irregular.
En esa jugada comenzó a perfilarse el dominio del equipo portugués, conducido por el brasileño Diego y con mayor presencia en el campo de juego, ante un Once Caldas que se replegó en su campo y dejó librado a su suerte al mexicano Antonio De Nigris, su único hombre de punta.
El planteo del equipo colombiano sólo rindió frutos porque lo acompañó la suerte y porque tuvo otra gran noche su arquero, Juan Carlos Henao, gran responsable de mantener en cero su valla junto con los postes, que salvaron la caída en cuatro ocasiones.
El travesaño le negó el gol a los 6' al brasileño Luis Fabiano, de gran movilidad en el arranque y apagado con el correr de los minutos. El travesaño y el poste se interpusieron también a los 38' con el gol de Porto, esta vez en una misma jugada con Luis Fabiano y McCarthy como protagonistas.
Y el travesaño fue nuevamente el que le negó el grito de gol a sudafricano a los 65', tras un violento remate desde fuera del área al que Henao no llegaría pese al esfuerzo.
Cinco minutos antes había sido el árbitro uruguayo Jorge Larrionda el que a instancias del línea anuló un gol de McCarthy, quien definió ante la salida de Henao y había recibido en posición regular.
Ni el árbitro, ni los postes, sino Henao evitó a los 67' la caída de su valla al taparle un cabezazo a quemarropa de Ricardo Costa tras un tiro de esquina de Diego.
Porto llegó muchísimo más en proporción al arco que Once Caldas, que apenas insinuó peligro con un remate de John Viáfara a los 43' que se fue cerca y con una jugada en la que tras una mala salida de Vitor Baia a los 69' se quedó pidiendo penal contra Edwin García por supuesta falta de Diego.
Muy poco para un equipo que pretendía ser campeón y que, apegado a rajatabla a su libreto, apostó a la lotería de los penales y perdió frente a un rival que mereció definir antes un partido que liquidó recién en la última estocada y en la quinta definición de este torneo desde los doce pasos.
Pese al cambio de técnico (José Mourinho, que se fue a Chelsea) y a la partida de jugadores como Deco (emigró a Barcelona), Porto se mantuvo en la misma senda que lo llevó a conquistar la Liga de Campeones y equilibró la balanza entre europeos y sudamericanos en la Intercontinental.
Fue la primera vez en 42 ediciones que un representante colombiano y uno portugués se enfrentaron en la final del torneo, que ahora arroja un saldo de 22 títulos para los clubes sudamericanos y de 21 para los europeos.
Si se cuentan las ediciones desde que la final se juega a un sólo partido (1980), en cambio, los europeos llevan ventaja de uno, con 13 trofeos contra 12 de los sudamericanos.
Porto ya había alzado el trofeo en 1987, al vencer 2-1 a Peñarol de Uruguay en la final, instancia en la que al igual que Once Caldas había caído el también colombiano Atlético Nacional de Medellín en 1989 ante Milan.
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