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Se cerró la fila para ver a Juan Pablo II
Sin embargo, la policía era bastante flexible y alguna que otra persona llegada de algún lugar lejano era autorizada a entrar en la fila, mientras grupos de ingleses, alemanes, estadounidenes, españoles y argentinos, entre otros, seguían llegando con sus
banderas.
Botellas plásticas de agua y de soda, basura y papeles permanecían desparramadas en medio de la multitud, que no se resignaba a no poder ver al Papa, fallecido el sábado pasado a los 84 años.
Varias personas fueron retiradas en camillas, al sufrir desmayos u otros problemas de salud, mientras la policía trataba de que se no se desborden las vallas.
La cola para ver los restos del Papa bajaba desde la Vía de la Conciliatore -que comunica a la plaza de San Pedro- era de unos quinienes metros.
La fila se bifurcaba hacia la avenida Pio X, y la otra iba por la Via de Traspontina. Cada cola tenía un kilómetro y medio de largo.
A lo largo del camino para ver los restos de Wojtyla había pantallas gigantes que transmitán mensajes y daban indicaciones a la gente: "Hay lugar para dormir en el etadio olímpico" de Roma.
Las colas del metro salían cien metros afuera de la calle, mientras los manifestantes gritaban "avanti" (avancen).
La Plaza de San Pedro "ya no puede soportar el arribo de más fieles", comunicaron oficialmente a las 21 hora local (16 de Argentina) los responsables de la Protección Civil, sin posibilidad de canalizar la enorme marea de peregrinos que
pretendía homenajear al Papa.
Más temprano, cuando ya más de un millón de fieles formaban cola en las calles en torno a San Pedro, el comisario Guido Bertolaso, de Protección Civil, hizo saber que "sólo quienes ya estén en fila podrán rendir homenaje al Papa no antes de mañana a mediodía".
La Basílica de San Pedro fue cerrada para ser limpiada de las dos a las cinco de la mañana, lo que agravó la espera para ver al Papa.
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