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Siguen las críticas de la Iglesia a la polémica muestra de León Ferrari
Recomendó monseñor Laguna al artista que "se tranquilice" y "reflexione" si "no ha ofendido a mucha gente". Fue luego de que un grupo de católicos rompieran algunas obras.
En tanto, Laguna aseguró que el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, "ha estado muy bien" al condenar la muestra, porque "no se puede estar todo el tiempo con injurias y con blasfemias".
"En este caso, pasa como con el de (Fernando) Botero que es un hombre internacional y que también me parece abominable. Cuando París estaba llena en todas las calles de gordos, no era París", dijo.
Laguna manifestó que "esto ha sido una cosa mal llevada" y expresó que hay cosas que le molestan, porque es "religioso y católico".
"Yo tampoco estoy con esos grupos que hacen líos porque soy un hombre de paz y la disyuntiva en el mundo es o la guerra o el diálogo y yo me quedo con el diálogo", concluyó.
•Réplica de Ferrari
Por su parte, León Ferrari salió al cruce de la Iglesia y sostuvo que "mucho más provocativa" que su muestra retrospectiva, es la actitud de "la Iglesia" que "castiga al diferente".
Ante estas reacciones, Ferrari sostuvo que "la cultura occidental tiene una característica muy fuerte, como producto de la religión, que es el castigo del diferente".
"En el catecismo de la Iglesia dice, por ejemplo, que las almas de los no católicos que mueren, van al infierno. Este concepto metido en la cabeza de tanta gente, se transforma en el castigo del diferente", expresó el artista plástico.
Al respecto, sostuvo que "por esta concepción se castiga al aborigen en América o al judío en los campos de concentración en una Alemania que tenía un 94 por ciento de cristianos", y añadió que "mucho más provocativa (que sus obras) es la Iglesia".
"Yo me limito a dar una humilde opinión y la Iglesia me contesta acusándome de blasfemo. La blasfemia está condenada con la muerte por lapidación. No creo que Bergoglio quiera eso, pero sus discípulos pueden interpretarlo así y empezar por romper las obras", indicó.
Por otra parte, Ferrari dijo que su intención es que las obras destruidas por los manifestantes católicos sigan exponiéndose tal como quedaron.
"Las obras se transformaron en otra cosa y siguen siendo obras. Quienes las rompieron, en contra de su voluntad, han transfotrmado una obra en otra. Yo quiero que quede así: como una muestra de lo que el cristianismo es capaz de hacer cuando uno trata de negar el castigo del diferente", expresó
Ferrari dijo además que el núcleo de las críticas eclesiásticas a la muestra se basan en que "el pueblo cristiano paga los impuestos y por eso no se pueden exponer en lugares públicos obras que ataquen al cristianismo".
"Pero la Iglesia no paga impuestos y yo sí pago impuestos para que la Iglesia diga en los templos, en los jardines de infantes y en las escuelas que yo y gran parte de la población merecemos ser castigados", respondió el artista.
"En lugar de quejarse por mis infiernitos, yo le pediría a la Iglesia que el próximo 7 nos reunamos para hacer ayuno y penitencia para pedir por las millones y millones de almas diferentes que sufren en el infierno", expresó.
De este modo, se refirió a la convocatoria lanzada por Bergoglio para realizar ese mismo día una jornada de ayuno y penitencia para pedir perdón por los pecados.
Por último, Ferrari explicó que la "intención" de su obra es "tratar de sacarle de la cabeza a los que creen en el infierno esa creencia, que produce enormes daños".
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