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Un Vía Crucis bajo fuertes medidas de seguridad
Fue presidido en el Coliseo romano por Juan Pablo II. El gobierno italiano extremó las medidas de seguridad por temor a atentados. Hoy, El Papa encabezará en la basílica de San Pedro la vigilia pascual.
El anciano Papa, que cumplirá 84 años en mayo y que desde hace un año se mueve sobre una suerte de trono con ruedas por la enfermedad de Parkinson, llegó en automóvil por la noche al Coliseo, el célebre monumento romano, patrullado en forma discreta por agentes italianos.
Excepcionales medidas de seguridad fueron dispuestas por las autoridades italianas ante el temor de que Roma sea blanco de acciones terroristas y la mayoría de los asistentes fueron controlados con detectores de metales.
Según cifras del viceministro del Interior italiano, Alfredo Mantovano, 19.000 agentes y 4.000 militares garantizarán la seguridad de toda la península durante los próximos tres días.
En la tarde, ante cerca de 5.000 peregrinos y religiosos de todo el mundo, el Papa oró en la basílica de San Pedro como todos los años por el pueblo judío durante la liturgia del viernes santo.
Desde hace 45 años, en las iglesias de todo el mundo, los católicos rezan por los judíos en sus oraciones del Viernes Santo además de conmemorar con un Via Crucis los sufrimientos padecidos por Jesucristo.
Por tercera vez en 25 años de pontificado, Juan Pablo II se limitó a presidir desde la terraza imperial del Palatino la tradicional procesión con antorchas alrededor del Coliseo romano y no cargó la cruz, como lo hacía en el pasado.
Este año fueron escogidos para cargar la cruz, que pesa 3,5 kilos, una joven española de Madrid, un franciscano procedente de Tierra Santa y una religiosa de Burundi, quienes representan las tragedias que acosan al mundo.
Catorce estaciones, según una tradición medioeval, fueron recorridas y durante ellas los oradores, a pedido del Papa, leyeron las llamadas meditaciones, escritas este año por el padre belga Jacques André Louf, de 74 años, eremita y ex abate, residente en Francia, autor de numerosos textos de espiritualidad y misticismo.
"¿Se dejó Judas arrastrar por un amor sospechoso por Jesús, que se convirtió en resentimiento?", se interroga Louf al analizar el papel del llamado traidor.
En el rito, uno de los más sugestivos del catolicismo, participaron miles de personas, entre ellas numerosos religiosos y monjas.
"No creo que los atentados del 11 de marzo influyan sobre el Via Crucis, menos en España", afirmó el español José Manuel Hugle, de Alicante, quien con un grupo de peregrinos esperó por varias horas bajo la llovizna el inicio de la ceremonia.
En la décimotercera estación, Juan Pablo II recibió la cruz y la cargó sin moverse hasta la décimocuarta, tras lo cual dirigió unas palabras a los presentes.
Más de 40 países siguieron en directo por televisión la ceremonia, al término del cual el Papa recordó el "sobrecogedor acontecimiento dramático de Jesús".
Hoy, Juan Pablo II celebrará frente a la basílica de San Pedro la ceremonia de la vigilia de Pascua, y el domingo en la mañana oficiará la misa de Pascua, tras la cual impartirá la bendición "Urbi et orbi" (a la ciudad y al mundo) desde la logia de San Pedro.
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