5 de febrero 2018 - 08:00

Preparando las carteras para el fin del "carry-trade"

Preparando las carteras para el fin del carry-trade
Luego de años donde prácticamente en piloto automático las estrategias de "carry-trade" resultaban ampliamente rentables, y sencillas de implementar, a corto plazo dicho escenario se modificaría, y ello obliga a los inversores a evaluar y anticipar el rebalanceo de sus carteras.

Ello se debe a la estrategia de reducción de tasas que está poniendo en marcha el BCRA, más allá de que el ritmo se pueda ver condicionado por la dinámica de la inflación, y esto derivará a lo largo del año en una tasa de interés real que se desplomaría desde el 10% hasta el 5% anual.

Dicho nivel de rendimiento ya no resultaría tan competitivo para que los inversores sigan tentados en masa a apostar direccionalmente por instrumentos en pesos, principalmente a través del ¨roll-over¨ de la Lebac más corta, dado que los rendimientos se encontrarían mucho más arbitrados contra el retorno proyectado que ofrecen los bonos en dólares.

Ello se debe al supuesto de que el tipo de cambio real no continuaría apreciándose, dicho de manera más simple que la inflación sería seguida más de cerca por la evolución del dólar a partir de este año, a contramano de los últimos años donde se acumuló atraso cambiario.

En dicho sentido es que resultan recomendables mayores rebalanceos en las carteras de renta fija -de acuerdo a la "allocation" destinada según al perfil del inversor- hacia títulos públicos, provinciales y corporativos en dólares del tramo corto y medio, ya que dichos segmentos de la curva exhiben la mejor relación riesgo-retorno en el actual escenario internacional.

Sucede que la Reserva Federal en EE.UU. continuaría - tal como ya ha venido realizando de manera gradual - aumentando su tasa de referencia, lo cual está generando impacto no sólo en las más cortas sino también en la tasa a 10 años que actúa como "termómetro" del apetito por riesgo global, y ya se ubica en 2,75% con perspectivas de acercarse al 3% durante el año.

Dicha evolución alcista se combina con los desafíos que enfrenta el país para continuar reduciendo el riesgo país, dado que los inversores esperan antes mayores esfuerzos desde la política económica que apunten a reducir el déficit fiscal y de cuenta corriente, en busca de achicar las necesidades de financiamiento, y así pueda estabilizarse el nivel de endeudamiento.

Ello ha quedado en evidencia recientemente donde tras un exitoso proceso de convergencia hacia el costo de financiamiento de los países vecinos de los últimos años, dicha tendencia ha comenzado incluso a divergir, ampliando de dicha manera los ¨spreads¨ contra la región, y quedando ahora a unos 150 pb. de su próxima escala en valor relativo que es Brasil.

En términos de activos, además de las Letes en dólares, apuntando a rendimientos promedio del 5% anual, entre los títulos públicos se destacan el Bonar 2020, Bonar 2023 y Bonar 2024.

Entre los provinciales, las mejores alternativas son Buenos Aires 2021 y Mendoza 2024, y entre los corporativos las preferencias son hacia Pan American Energy 2021 y Arcor 2023.

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