26 de febrero 2019 - 00:02

Recalcula Cambiemos frente a duras paradas en Neuquén y Río Negro

AJUSTAN ESTRATEGIA ANTE COMICIOS DEL 10 DE MARZO Y DEL 7 DE ABRIL - La Casa Rosada se enfrenta a un dilema: fortalecer candidaturas propias podría debilitar a oficialismos locales y abrir riesgosa puerta a peronismos.

Horacio Pechi Quiroga.
Horacio "Pechi" Quiroga.

En menos de dos semanas, el 10 de marzo, se abrirá el calendario de elecciones generales en el país con los comicios neuquinos. Un mes después, el 7 de abril, llegará el turno de Río Negro. Batallas patagónicas difíciles para Cambiemos, en una región donde, hasta ahora, no logró hacer pie. Aunque el diferencial en esas provincias radica en que el oficialismo es un sello local de buena sintonía con la Casa Rosada, y las mediciones ponen como principal adversario al peronismo, relegando a Cambiemos a un tercer lugar (con claridad en Río Negro, en escenario de tercios en Neuquén).

Así, el Gobierno nacional entró en un dilema: fortalecer candidaturas propias podría debilitar las aspiraciones reeleccionistas de Omar Gutiérrez (Movimiento Popular Neuquino -MPN-) y Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro -JSRN-) . Y nadie en la Casa Rosada sería feliz con un cúmulo de victorias PJ en el camino hacia octubre.

En Río Negro la ecuación siempre fue clara: había que frenar a Martín Soria, intendente de General Roca, del FpV. Primero, hubo un respaldo implícito a que Weretilneck presentara su candidatura a un nuevo período, pese a discusiones constitucionales. Luego, el PRO reservó al diputado nacional Sergio Wisky para que en octubre intente renovar su banca. La radical Lorena Matzen, menos instalada que sus rivales, fue ungida candidata única de Cambiemos, aunque JSRN cosecha el apoyo de buena parte de la territorialidad radical, principalmente intendentes, con quienes ya hay acuerdos que contemplan devolución de favores en las posteriores elecciones municipales.

Inclusive, las voces dentro de Cambiemos que cuestionan la jugada legal del gobernador para ir por su reelección se oyen cada vez más bajas. Sólo Matzen sigue con tono elevado, en modo campaña.

Un gesto simbólico: hoy el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, compartirá un acto con Weretilneck. Inaugurarán juntos el nuevo plan director de agua de Cinco Saltos, para ampliar la capacidad de potabilización.

Si de simbolismos se trata, también juegan las ausencias. Y, en ese sentido, es llamativo que el presidente Mauricio Macri no se mostrara junto con el candidato de Cambiemos en Neuquén, el intendente capitalino Horacio “Pechi” Quiroga. Pese a que se trata de un distrito clave, ya que allí subyace la formación Vaca Muerta, el reservorio hidrocarburífero no convencional que más inversiones atrae en el país.

A diferencia del caso rionegrino, claro desde el inicio, meses atrás se suponía que Cambiemos era capaz de cortar con la dinastía MPN, de 50 años en el poder provincial. Sin embargo, las relaciones fluidas del gobernador Gutiérrez con Macri llevaron a que el postulante peronista, Ramón Rioseco, intendente de Cutral Co, se posicionara como una amenaza real, acompañado del diputado nacional Darío Martínez, del FpV.

De todos modos, el escenario se vislumbra apretado, y habrá intentos últimos por impulsar la intención de voto del radical Quiroga. Hoy, por caso, el intendente recibirá por la mañana al mandatario mendocino Alfredo Cornejo, titular de la UCR.

Las mediciones que manejan los tres espacios dan vencedor al MPN, aunque sin margen para dormirse en la recta final. Desde Cambiemos creen que Rioseco ya alcanzó su techo apropiándose del discurso antimacrista y favorecido por la puja entre Gutiérrez y Quiroga por un voto afín al Gobierno nacional.

Pero, llegado el caso, si las papas quemaran, como en Río Negro, la Casa Rosada podrá sacar el pie del acelerador de Quiroga. Será preferible olvidarse de la proeza de 2017, cuando en las legislativas nacionales el sello macrista derrotó al MPN. Como dice la máxima futbolera, si no se puede ganar hay que empatar. Y el empate allí se llama Omar Gutiérrez.

También desde Buenos Aires se teme un segundo coletazo: si ganara Rioseco en Neuquén, en la vecina Río Negro Soria llegaría a las urnas con el pecho inflado.

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