30 de noviembre 2016 - 00:00

Reflexiones sobre los cambios a la ley de mercados

La Ley 26.831 fue aprobada con el apoyo en general en la Cámara de Diputados del FpV, la UCR, el Partido Socialista y otras fuerzas del arco ideológico que van desde el actual ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, en ese entonces en la Coalición Cívica por la centroderecha y Claudio Lozano por la centroizquierda. Dicha ley reemplazó a la Ley 17.811 aprobada durante la dictadura de Onganía, que consagraba la autorregulación absoluta de los mercados. La reforma de la ley de mercado de capitales siguió la tendencia internacional de reforzar los poderes del regulador, especialmente aún más luego de la crisis internacional de 2008 y hacer más eficiente la infraestructura del mercado, generando sinergias para hacerlo más integrado y participativo. En tal sentido y como en todo el mundo se eliminaba la obligatoriedad de ser accionista del mercado para poder operar en el mercado, fenómeno llamado desmutualización.

La ley entonces combinó avanzar en los más elevados estándares de supervisión global y profundizar la política de acercar el mundo financiero hacia la economía real, proceso que comenzó en 2003 y posibilitó crecimiento económico y desarrollo de mercado.

Desde 2003 el nuevo financiamiento en el mercado de capitales creció desde niveles muy bajos en porcentajes significativos, siendo un vehículo eficaz para financiar a las pyme a través de cheques de pago diferido, fideicomisos, obligaciones negociables y otros instrumentos. Además el mercado de capitales financió en forma significativa proyectos de infraestructura y de vivienda.

La reforma de la ley fue recomendada por la evaluación de estándares y códigos (ROSC) que hizo el Banco Mundial del sistema financiero en 2012 y fue requerida por la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO). La ley fue sancionada en noviembre de 2012 con el apoyo de las propias autoridades del sistema bursátil argentino. En la reglamentación de la ley se establecieron mesas de trabajo conjuntas con las cámaras de empresas, inversores y fondos comunes, Bolsas y mercados de todo el país, universidades nacionales, entre otros actores relevantes y concurrentes al mercado como emisores, intermediarios, inversores y otros actores.

En el segundo semestre de 2013 culminamos la reglamentación completa de la ley con el Decreto 1023/13 y la Resolución General 622 de 2013 que aprobó el texto ordenado de normas de la CNV que instrumentaban la nueva ley. La reglamentación fijaba toda una serie de pasos para concretar la reforma del mercado incluyendo la multiplicación de acciones "split" para una oferta pública popular de las acciones de los mercados, aún pendiente.

Luego de sancionada la ley y tras un año y medio de una exhaustiva revisión por parte de IOSCO, donde incluso la SEC de EE.UU y el FCA del Reino Unido reclamaban que la CNV tuviera mayores facultades de índole penal, el 12 de junio de 2014 la CNV fue aprobada para firmar un acuerdo multilateral de intercambio de información (MMOU) porque la nueva ley a juicio de IOSCO satisfacía los criterios de estándares regulatorios de calidad internacional. En 2012 y por primera vez en décadas la CNV realizó spot publicitarios televisivos de los instrumentos del mercado de capitales incluyendo su emisión en fútbol para todos y el lanzamiento de un blog invertir,gob.ar y un centro de asesoramiento a empresas e inversores.

En ese marco de generar un mercado mas eficiente y popular YPF comenzó a hacer emisiones minoristas que permitieron a decenas de miles a de ahorristas hacer sus primeras inversiones en el mercado de capitales.

En septiembre de 2014 culminaron las pruebas para la interconexión federal completa de todos los mercados del país incluyendo mercados de contado y de futuros. Por lo que solo faltaba su instrumentación y la generalización del acceso directo del público (DMA) a los mercados. A los pocos días fui designado en la presidencia del Banco Central y dejé la CNV con la satisfacción de tener una reforma completada y un mercado con fuerte crecimiento de emisiones primarias, volúmenes en el mercado secundario, mayor valorización de los activos bursátiles y una creciente participación de pequeños emisores pyme e inversores.

Todo ello fue posible en un marco de crecimiento económico, aún con el stress externo producido por la crisis internacional. Lamentablemente el impulso a la reforma del mercado de capitales de 2012 a 2014 se frenó. La recesión de la economía en 2016 también conspira contra el desempeño de muchas empresas nacionales y demora planes de inversión a ser financiados en los mercados. La nueva estrategia económica es similar a la de los años 90, apertura irrestricta de la cuenta capital, extranjerización de la economía y concentración económica. En los años 90 ese proceso produjo un achicamiento del mercado de capitales argentino. Más allá de un período de endeudamiento, es totalmente predecible que en un contexto de país que no crece y que se concentra y extranjeriza el mercado de capitales argentino vuelva a achicarse como en los 90 y eso es malo para el mercado. Ser pro-mercado es promover el desarrollo y no el ajuste y la extranjerización. Es más, las normas que vinculaban al sistema financiero con la economía real han sido derogadas tanto por la CNV como por la Superintendencia de Seguros. Así todos los incentivos se generan para volver a un mercado encerrado en lo financiero y para pocos, como en las últimas décadas previas a 2003. La reforma propuesta implica desandar en facultades de la CNV y eso va a contramano de la tendencia global. Si bien se puede discutir modificar el artículo 20 que no fue incluido en el proyecto que elevé a la Presidencia en 2012 y que fue incluido directamente en el Congreso no es admisible que la CNV resigne facultades administrativas y no pueda designar veedores en las empresas o dictar con celeridad medidas administrativas que no impliquen sanciones para prevenir riesgos prudenciales o daño a inversores minoritarios. Medidas todas sujetas siempre a revisión judicial.

En esa línea la imposibilidad que la CNV o el Banco Central no puedan impedir la aprobación de productos peligrosos para la economía y cualquier producto pueda ser aprobado sólo por mero control de legalidad, es un retroceso peligroso dada la experiencia internacional de 2008 con los productos tóxicos que inundaron el mercado global con terribles secuelas para la economía mundial.

El mundo ha impuesto muy severas sanciones y multas a bancos y otros agentes ante escándalos financieros (manipulación de la tasa LIBOR, oro, etc.) Nadie acusa de persecución a los reguladores del mundo que piden sanciones penales y sanciones económicas. En la Argentina de 2016 en cambió la CNV no terminó un solo sumario ni impuso una sola sanción en todo el año, lo que genera perversos incentivos para que los pocos que se portan mal puedan estafar a ahorristas y generar daños al mercado. Y que esos pocos puedan ser más, animados por un Estado que mira para el otro lado.

La reforma de la ley incluye cambios en las normas de ofertas públicas OPAS muy desequilibradamente favorables a las empresas, en desmedro de los inversores, corrige algunas asimetrías en desmedro de los fondos cerrados, más allá que queda pendiente una discusión racional que grave a la renta financiera exenta aunque dejando incentivos para acciones bajo control de la CNV en línea con la diferenciación que promovimos en 2013 y abre las puertas a la banca privada con riesgos de generar un "shadow banking" que promueva prácticas contrarias a la transparencia. En síntesis, no hace falta ningún cambio de fondo a la ley de mercado de capitales y mucho menos en línea con reducir facultades de supervisión y perjudicar a los inversores. Sí trabajar y mucho desde el Estado y el sector privado para atraer emisores e inversores, seguir modernizando y bajando costos en la infraestructura y potenciar una mayor educación financiera.

Hay mucho que trabajar en los mercados y Caja de Valores para implementar un sistema de alta calidad internacional que integre toda la cadena de valor de negociación, compensación, liquidación y custodia para procesar numerosas órdenes en nanosegundos e integrarlo en un 100% al nuevo mercado. Se requiere un Estado que promueva el desarrollo económico y un mercado de capitales nacional y participativo. Eso implica evitar extranjerizar el mercado y promover una integración de los mercados en un único mercado nacional capitalizado y competitivo, abierto al público y a todo el país que incluya un segmento pyme, que sea capaz de competir en pie de igualdad con otros mercados del mundo.

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