20 de mayo 2019 - 00:00

¿Saldrá Argentina del default con CFK de vice candidata?

Como señalaba un destacado encuestador, el anuncio de la expresidenta sobre su postulación a la vicepresidencia es inesperado y, por tanto, prematuro analizar cómo responderá la opinión pública, habrá que esperar con cautela a ver cómo se digiere. Además, durante las próximas cinco semanas puede modificarse, podría ser este sólo un anuncio para “marcar la cancha” y seguir negociando.

Entretanto, el mercado -el dinero- actuará como siempre: frío y calculador, le hablan con el corazón y responde con el bolsillo. Según intelectuales del nivel de Alberto Benegas Lynch (h), P. Bauer, D. Bandow, R. Barro, K. Brunner, R. Vauvel y R. Mickesell, el FMI -iniciativa keynesiana- financia fracasadas políticas estatistas. Es incoherente que un banco estatal sea pro mercado cuando vive de fondos extraídos, impositivamente, contra la voluntad del mercado.

Ineptos gobiernos acordaron con este organismo más de 30 veces, financiándose hasta llegar a donde estamos. Según el BM, Argentina desde 1950 -creció 2,7% contra 3,7% promedio de la región- es el país que pasó más tiempo -32%- en recesión, detrás del Congo. Ahora este último acuerdo con el FMI pospuso el default al que se dirigía el Gobierno, que está fuera del mercado internacional de deuda voluntaria que percibe que no existe capacidad de pago. El riesgo-país supera los 920 pb.

La presión tributaria, tasas e inflación estratosféricas provocan la caída del PBI y, por ende, la capacidad de pago, a presión impositiva constante. Por eso el FMI pide mayor presión tributaria, y mayor control estatal, para que se reintegren sus préstamos. El Gobierno celebra el superávit fiscal primario, ya que el acuerdo stand by obliga a un superávit en esa cuenta -con el fin de pagar el acelerado endeudamiento- y deja deliberadamente de lado el pago de los intereses porque incluye los del FMI.

En el primer cuatrimestre el resultado primario tuvo un superávit de 0,1%, pero se dio un déficit financiero 0,9%, del PBI, porque el pago de intereses se incrementó 101% sólo en abril. Según el IARAF, los gastos de los intereses tuvieron un incremento real fuerte -34,7%- en lo que va de 2019. La recaudación va muy por debajo de lo esperado dada la fuerte caída del PBI. Contra una inflación superior al 50%, los recursos tributarios crecieron 45,4% sobresaliendo los Derechos de Exportación (313,4%), seguidos lejos por el Impuesto a las Ganancias (52,6%). Evidenciando su improvisación, el FMI le preguntó a la Rural cuánta soja queda por liquidar porque no está siendo lo que esperaban. Sólo falta que pregunten al kiosquero cuántos chupetines vendió para ver si el consumo avanza.

Por la bajada de precios, la BCR restó u$s1.400 M a su proyección -de principios de 2019- de ingresos por parte del complejo sojero y la ubicó en u$s14.000 M, sólo 18% más respecto a 2018. De modo naif, los dirigentes rurales pidieron que rebajen las retenciones y el FMI se lavó las manos diciendo que nada pueden hacer cuando probablemente presionarán para un aumento dada la caída del PBI. El sector manufacturero aceleró su caída en marzo, retrocediendo el 13,6% i.a. y 6,3% respecto de febrero, la mayor caída desde el inicio de la recesión, según la UIA. Y la utilización de la capacidad instalada bajó al 57,7% en relación con el 66,8% de marzo de 2018.

Entretanto, según Morgan Stanley, Brasil lidera la sobreexposición de activos locales en fondos de inversión globales, con un 2,3% por encima del benchmark, seguido de Argentina -un 2,1%- que realizó las emisiones más grandes en comparación con los países de la región. Y los fondos empiezan a vender. Según la consultora 1816, la semana pasada se dio la mayor salida semanal de fondos -unos u$s6.000 M- de emergentes desde junio 2018. Y cuando no descargan posiciones, se protegen con los CDS (seguros contra default) que ya rondan -el argentino a 5 años- los 1.200 pb.

Y la fuga hacia el dólar acelera. Las suscripciones de fondos en dólares y activos en el exterior crecen, y los fondos T+0 -en pesos de menor duración- venían sumando 30% en 2019 y 148% en los últimos 12 meses contrastando con los T+1 -activos de corto plazo en pesos- que pierden 16% en 2019 y 63% en los últimos 12 meses. Según la BCC, la dolarización de portfolios se inició casi dos años antes de la votación de octubre y ya suma u$s 36.600 M.

La aversión al riesgo global crece y los inversores se vuelcan a los bonos de países desarrollados. El rendimiento del bono a 10 años de EE.UU. está en su mínimo de la era Trump -a 2,391% cerró el viernes- mientras que el del español llegó a su mínimo histórico perforando el 0,88% -50% menos desde máximos de 2018- aunque el viernes cerró a 0,883%. El de España -con mejores datos macro que gran parte de la UE- es una buena opción en Europa, ofrece menos riesgo que Italia y una rentabilidad aceptable respecto a Alemania o Francia.

En fin, entre lo poco serio que hizo el Gobierno -como deudor responsable- es vender propiedades, pero por solo u$s1.131 M durante todo 2019. Insignificante.

(*) Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California.

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