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El ritmo laboral actual genera cada vez más estrés
Finalmente, en algunos casos hace falta recurrir a psicofármacos, ya sean ansiolíticos o antidepresivos.
Estamos asistiendo a un escenario particular de estrés en quienes saben que se van a quedar sin empleo y conviven con una profunda sensación de incertidumbre, pero además en aquellos que aún permaneciendo en sus puestos sienten angustia por no saber qué va a pasar, agrega el doctor Pablo Wizemberg, psiquiatra especialista en trastornos de ansiedad y calidad de vida.
En un estudio publicado recientemente en el Journal of the American Medical Association (JAMA), se analizaron los antecedentes y registros médicos de 1.000 personas de entre 35 y 59 años que retornaron al trabajo luego de haber sufrido un evento relacionado con el estrés laboral.
Al cabo de dos años, aquellos que ocupaban puestos de jerarquía presentaron más del doble de posibilidades de repetir el cuadro.
Esto se debería no solo a la jerarquía laboral de la persona, sino también a las 'vías de escape': tabaquismo, desórdenes del ritmo alimentario y largas horas de vigilia.
Los científicos explican que el estrés laboral repercute en el corazón porque sitúa al organismo en un estado de tensión permanente en el cual intervienen cuestiones psicológicas, psíquicas y fisiológicas que provocan, por ejemplo, el incremento de la presión arterial y la adrenalina. Cuando esto sucede, la posibilidad de tener un ataque cardíaco u otro evento cerebrovascular se incrementa.
La esfera social no es tampoco inmune a los efectos del estrés laboral: Es frecuente la asociación entre ser despedido y abandonar determinadas actividades que antes se realizaban, puntualiza la licenciada Gabriela Martínez Castro, psicóloga y directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA).
Agrega que con la pérdida del puesto se desencadena una ansiedad que puede provocar patologías como trastornos de pánico, ansiedad generalizada y fobia social por buscar alejarse del círculo íntimo, a veces por creer que se perdió un determinado status.
Los especialistas coinciden en recomendar a las personas afectadas que busquen momentos de paz en la rutina diaria, que realicen actividad física y recreativa para distenderse y que recurran al asesoramiento psicológico.
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