12 de marzo 2019 - 00:01

Schiaretti: el único candidato que le quedó a Macri tras la ruptura

Inédito: una mesa en la Casa Rosada terminó definiendo lo que pasará en la interna del radicalismo cordobés. Negri con apoyo presidencial va con lista propia. Mestre se queda con mítica lista 3 y la fuerza interna que le da haberse negado a apoyar a Luis Juez.

Juan Schiaretti.
Juan Schiaretti.

Y el radicalismo cordobés finalmente dio el paso (nunca mejor la coincidencia) que pocos pensaban que se iba a animar a dar: romper en dos y eliminar así a Cambiemos como sello electoral en la provincia. La pelea final entre Mario Negri y Ramón Mestre, con Luis Juez en el medio (todo un chiste de mal gusto para los radicales de pura cepa de esa provincia) se dio en el lugar donde menos hubiera querido la conducción de la UCR; en el despacho de Marcos Peña.

El jefe de Gabinete encabezó ayer esa reunión de la mesa nacional de Cambiemos, con todas las cabezas del grupo desde los radicales Gerardo Morales, Luis Naidenoff y Ricardo Colombi, hasta Horacio Rodríguez Larreta, Humberto Schiavoni, Rogelio Frigerio por el PRO, Maximiliano Ferraro y Maricel Etchecoin por la Coalición Cívica. Todos decidieron que no se flexibilizaría la posición de la lista de Negri en Córdoba y así todo se encaminó hacia la tarde cuando la jueza electoral Marta Vidal decretó la muerte de Cambiemos en esa provincia y cada uno fue por su lado en lista propia.

Dicho esto, corresponde entrar en algunas consideraciones relativamente complicadas.

Con esa disolución Mauricio Macri no se queda en Córdoba con dos candidatos a gobernador en las PASO (Negri y Mestre)para que le defiendan los colores sino con uno solo: Juan Schiaretti. El peronista cordobés fue aliado en la presidencial del 2015 y Macri aspira que el electorado de esa provincia (siempre anti K) lo acompañe. No parece muy preocupado entonces el Gobierno por lo que sucedió en la interna del radicalismo cordobés.

Lo que no se entiende entonces es cómo los radicales le llevaron a Peña y al resto de Cambiemos un problema que debieron haber resuelto ellos mismos en su interna partidaria. ¿O alguien piensa que Horacio Rodríguez Larreta llamará a los radicales para que lo ayuden a solucionar internas de la Capital Federal?

Alfredo Cornejo, gobernador y presidente del radicalismo, vio venir de lejos el papelón que se avecinaba y avisó a quien quisiera escucharlo durante el fin de semana de Vendimia en su provincia que ni loco pensaba volar a Buenos Aires para estar en esa mesa que ayer sesionó en la Rosada.

Por el contrario, insistió en que debía haber internas, sabiendo que todo estaba ya demasiado pasado como para encontrar una solución y hoy hizo lo que todo radical hace en estos casos: ser orgánico. Por eso Cornejo debe apoyar ahora la lista oficial del radicalismo que es la encabeza Mestre como candidato a gobernador.

Para el intendente de Córdoba Capital la jugada no es menor: saldrá con la Lista 3, histórica de la UCR nacional, y arrastrará así a todo el radicalismo del país que protesta contra Macri y el Gobierno por sentirse excluidos de las decisiones o simplemente no estar de acuerdo. Y se queda con un éxito que solo puede ser leído correctamente adentro de las filas de la UCR: el haberse negado a apoyar a Luis Juez (eterno enemigo de radicales en la provincia) como candidato a intendente de la Capital.

El problema para los radicales vuelve entonces a ser el mismo que hace casi dos décadas. El votante radical que no quiere reforzarle chance alguna a Cristina de Kirchner irá de nuevo al voto útil en cada provincia que, salvo un par de excepciones como el caso de Morales en Jujuy, no estará destinado a un candidato radical.

Hay cierto aire a la elección neuquina en lo que puede suceder en Córdoba.

Además, queda por resolver el destino de la Convención Nacional (aún sin locación definida) y al decisión de apurar o no una PASO presidencial. Por ahora tienen un solo candidato: el autoproclamado Martín Lousteau. Algunos radicales quieren hacerlo, como el propio Cornejo. Otros no, como el jujeño Morales. Muchos temen a la elección presidencial y miran otro destino: refugiarse en la listas de diputados y senadores y reforzar el poder del partido allí ante la eventualidad de un fracaso electoral de Cambiemos. No es una especulación, sino un razonamiento (casi una doctrina) que algunos dirigentes ya aplican. Es el mismo que, salvo por el interregno De la Rúa, los radicales utilizaron desde que Raúl Alfonsín dejó la presidencia: ante la falta de candidato presidencial mejor negociar y sumar bancas en el Congreso. Esta vez debería ser distinto ya que la UCR tiene un candidato para la Rosada que se llama Mauricio Macri. Es cierto que esas presiones radicales tuvieron algún que otro éxito al lograr que candidatos del PRO se bajaran en las provincias para cerrar listas de unidad en los Cambiemos locales. También es cierto que esos candidatos propios que Macri ejecutó pocas chances tenían de ganar en esas internas.

Dejá tu comentario

Te puede interesar