16 de mayo 2019 - 00:01

Se acerca junio, un mes clave para la política con repercusiones financieras

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A tan sólo un par de semanas de la llegada de junio, los agentes económicos reconocen la crucial importancia que tendrá dicho mes dado que no sólo definirá la alianzas electorales sino que además las precandidaturas presidenciales, y ello podría contribuir a otorgar una mayor visibilidad sobre el futuro.

Dicho hito político - dentro del agitado calendario - es esperado con ansias, más allá de las lecturas que van dejando las múltiples encuestas y comicios provinciales, ya que permitirán cerrar las alternativas sobre la mesa, y ello rápidamente abrirá espacio a intentar anticipar los posibles escenarios económicos asociados.

Como suele ser habitual en los mercados financieros, los inversores picarán en punta ya que rápidamente apuntarán a descontar los eventuales resultados, no sólo por parte de los ahorristas locales sino también de los fondos internacionales que todavía tienen una importante exposición hacia el país, lo cual potencia la volatilidad y sensibilidad con que vienen respondiendo los activos financieros a la incertidumbre.

Dicha dinámica será crucial dado que retroalimentaría el ánimo de los inversores, según sea el escenario planteado, ya que sus decisiones tendrán inmediato impacto en las variables financieras que son cotidianamente monitoreadas y se filtran en las expectativas y la evolución de la economía.

Ocurre que claves indicadores - como el dólar, el riesgo país, las tasas, las reservas, entre otros - actúan de ¨termómetros¨ a diario y serán los primeros que tomarán nota de las definiciones electorales que se adoptarán en junio y que repercutirán seguramente durante todo el resto del año en la toma de decisiones.

Más allá de que hasta ahora la incertidumbre electoral ha inundado de cautela a los inversores, tal como refleja la reducción de exposición hacia los activos locales con el consiguiente deterioro en sus valuaciones, aun así las definiciones que pronto llegarán incluso podrían abrir una etapa de mayor volatilidad.

Ello se debe a que en caso de confirmarse aquellos escenarios menos amigables, las respuestas defensivas se acentuarían y - tal como suele ocurrir en los procesos electorales - además podrían sumarse nuevos participantes como son los ahorristas de plazos fijos que hasta ahora no han migrado hacia la dolarización, la cual estuvo liderada por inversores extranjeros y locales con apuestas en pesos que decidieron cerrar.

Las autoridades reconocen dicho escenario, y de ahí que - tras sucesivos tironeos políticos y técnicos - han logrado conseguir por parte del FMI una mayor flexibilidad en las intervenciones cambiarias, en busca de reducir la volatilidad del dólar en caso de que se active repentinamente una mayor demanda por divisas.

Aunque hasta el momento el organismo monetario no se vio forzado a debutar con dicha nueva herramienta, ya que sigue utilizando en especial la venta de futuros y las ventas desde bancos oficiales, no se debe descartar que próximamente deba arrancar con ventas directas para evitar sobresaltos cambiarios.

Ello no sólo se debe a la dinámica doméstica sino también a un mundo que se está presentando menos amigable para los emergentes, dado que el recrudecimiento de las tensiones comerciales entre EEUU y China reduce las perspectivas de crecimiento global e impacta negativamente en los commodities.

Asimismo, complica el acceso al financiamiento externo, el cual continúa vedado para el país dado que el riesgo país sigue en niveles elevados por encima de los 900 pb., ante lo cual se vienen utilizando cada vez más activamente las reservas - con sus asociados descensos - para atender los compromisos financieros.

Así es que, ante la mayor dependencia al financiamiento doméstico, crece la atención sobre el resultado de cada licitación de Letes, Lecaps y Lecer, así como también ahora de las nuevas Lelink que serán utilizadas como vehículo para incentivar el canje del bono dual que vence justamente el 21 de junio, un día antes del ¨22-J¨, y ello podría llevar a las autoridades a desembolsar al menos unos u$s 1.500 millones.

Por todo ello es que junio será un mes clave para la definición de las estrategias financieras, dado que debería otorgar mayor claridad sobre el panorama futuro, aun cuando ello no aleje a los inversores de sus posiciones cautelosas, en vista también a los desafíos de gobernabilidad y económicos post-diciembre.

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