15 de octubre 2001 - 00:00

El negocio aéreo, frente a un momento de gran dificultad

Los vuelos a los Estados Unidos se han reducido muchísimo, y el turismo previsto ha quedado regionalizado, explicó Palomba.
"Los vuelos a los Estados Unidos se han reducido muchísimo, y el turismo previsto ha quedado regionalizado", explicó Palomba.
Escribe Richard Leslie Ramsay

Entrevistado por este medio, el director para la Argentina de la empresa brasileña TAM Líneas Aéreas, Oscar Palomba, explicó que «no se puede desligar lo que sucede en la industria aeronáutica de lo que sucede en el resto de la economía y en la sociedad, porque (el atentado del 11 de setiembre) fue un impacto social importante. Vale la pena analizar los primeros efectos: el primero que se vio es la intervención del Estado indirectamente en el negocio aeronáutico. Estados Unidos salió a respaldar a sus empresas: puso 15 mil millones de dólares y probablemente tenga que poner más para sostener a sus líneas aéreas. La Unión Europea a través de su Comisión de Transporte Aéreo dijo que si Estados Unidos sostenía a las empresas norteamericanas, ellos iban a apoyar a las empresas europeas. Con lo cual ya se ve una estatización indirecta del negocio aeronáutico».

Esta nueva tendencia podría favorecer a las compañías aéreas de los países más ricos frente a la de otros que no tendrán la solvencia necesaria como para subsidiar la actividad de sus líneas.

Pero éste no fue el único efecto que produjo el atentado terrorista. También se nota una nueva tendencia del movimiento turístico. En este sentido, Palomba señaló que lo primero que se observa es «una regionalización. Los vuelos a Estados Unidos han disminuido muchísimo y el turismo previsto ha quedado regionalizado. Dentro de Sudamérica se ha incrementado. En lo vuelos a Europa también ha habido una reducción, no tanto, por supuesto, como a los Estados Unidos».

Sin embargo, el ejecutivo destacó que este fenómeno no trasciende al negocio de transporte de cargas aéreas, en el cual sigue imperando la conveniencia comercial. «Hacia Brasil tenemos una gran cantidad de pasajeros por la ventaja cambiaria. No ocurre lo mismo con las cargas por estos días», aseguró.

Asimismo, fue consultado sobre el extraño caso de Aerolíneas Argentinas que fue adquirida por un consorcio español en medio de la crisis, el cual se comprometió a no despedir empleados por dos años e invertir fuertemente.

•Inversión

En la opinión de Palomba, «el único método conocido para sostener un problema de este tipo es tener una buena billetera. Evidentemente se va a invertir mucha plata, se va a gastar mucha plata en un contexto muy particular. Es saludable que 7 mil personas continúen percibiendo sus salarios en una industria que se está reduciendo en todo el mundo. El fuerte compromiso que ha asumido el grupo español, bueno, evidentemente debe tener detrás capital dispuesto a invertirlo en esto, si no va a ser muy difícil».

Pero el titular de TAM para la Argentina también llamó la atención sobre una cuestión semiológica: argumentó que «es un error conceptual que no responde a la realidad» hablar de línea de bandera cuando se hace referencia a la relación que une a Aerolíneas Argentinas con el país. «El Estado designa a una o dos empresas para que vuelen internacionalmente. Estas empresas llevan lo que se llama la bandera. Esto ocurre porque los países negocian entre sí los derechos de tráfico aeronáutico, cada uno es una bandera. Pero esto no significa que una empresa represente al país ni esté asociada a la soberanía», sostuvo con aire catedrático.

Si bien Palomba reconoce que las aerolíneas del mundo necesitarán una gran reestructuración para poder seguir operando sin perder millones por día, también sabe que esta reconversión no será sencilla. Admitió que «este es un fenómeno anterior al 11 de setiembre pero esa fecha funcionó como catalizador. Este año las empresas norteamericanas, antes del 11 de setiembre, pensaban perder 2 mil millones de dólares; es lo que estaba proyectado. La industria estaba sobredimensionada y la economía de Estados Unidos se estaba desacelerando. Pero para estas empresas es muy difícil ajustarse al entorno económico rápidamente, atento al gran poder que ejercen los sindicatos».

Precisamente, el papel que jueguen los sindicatos aeronáuticos será fundamental dentro del nuevo escenario mundial. Esto quedó bastante claro en el ámbito local: los problemas de Aerolíneas (que involucraban a unos 7 mil empleados) se convirtieron en una verdadera evidencia de la fuerza que pueden ejercer los sindicatos. Tanto el gobierno argentino como la SEPI se vieron en la necesidad de entablar una mesa de diálogo con los delegados de cada gremio y finalmente la empresa fue adjudicada al grupo que prometía mayor inversión sin hacer recortes en el personal.

«En los Estados Unidos y en Europa, el poder que ejercen (los sindicatos) es muy fuerte. Intentar procesos de reducción es costoso, entonces se asumen las pérdidas, pero no se puede adaptar rápidamente la empresa al entorno. Después del 11 de setiembre se produjeron recortes que tal vez fueron más allá, respondiendo también a una futura caída de la demanda», intentó razonar Palomba.

•Sindicatos

Pero su análisis no escapó a la realidad: «En el tema aeronáutico, por la influencia de los Estados y los sindicatos, esto se ha hecho muy difícil. Para poner un ejemplo externo que no afecte ni agreda a nadie, en Swissair, cuando la empresa ya estaba en crisis, trataron de poner tripulaciones chinas en la ruta a China porque les salía 20 por ciento más barato. Pero hubo una gran reacción de los sindicatos que se opusieron. Pero los mismos sindicatos tenían su plata invertida en la compañía. Ahora perdieron todos por no tener la flexibilidad necesaria que la economía moderna impone».

Dejá tu comentario