Este mes, la multinacional British Petroleum informó de ganancias por u$s 19.310 millones en 2005. Pocos días antes, la angloholandesa Shell anunció que en el mismo año percibió más de u$s 2,5 millones por hora, lo que aún queda pequeño al lado de los u$s 36.000 millones de utilidades corporativas de la firma estadounidense Exxon Mobil, las mayores de la historia. Según «The Economist», en 2005 las naciones exportadoras de petróleo habrían obtenido cerca de u$s 700.000 millones en ventas. Según el Fondo Monetario Internacional, el superávit de cuenta corriente de las naciones exportadoras de petróleo en 2005 alcanzaría u$s 400.000 millones, casi dos veces más que el experimentado en 1974, justo después de la primera bonanza petrolera.
La pregunta es si esta nueva bonanza dará lugar a otra ronda de despilfarro en la economía mundial. Esta vez las naciones petroleras del Medio Oriente parecen estar destinando sus ingresos a adquisiciones más productivas. Según el «Financial Times», una firma de Dubai se convirtió en el tercer mayor accionista del gigante automotor DaimlerChrysler, y otra propiedad del gobierno de Abu Dhabi adquirió 5 por ciento de Ferrari.
El «Herald Tribune» dijo que luego de la bonanza petrolera de 1973, los gobiernos de Medio Oriente gastaron cerca de 80 por ciento del aumento en sus ingresos, mientras que en los últimos dos años han gastado menos de 40 por ciento, ahorrando el resto.
EN AMERICA LATINA |
Al menos en el corto plazo, el auge petrolero también ha mejorado las finanzas de los principales exportadores de ese producto en América latina, liderados por Venezuela. El gobierno venezolano ha dicho que esos ingresos están siendo reinvertidos, entre otras cosas, en mayor gasto social para mejorar las condiciones de la población. Pero en opinión de Roberto Rigobon, profesor de economía de la universidad estadounidense MIT, el manejo de la actual bonanza petrolera en Venezuela y otras naciones en desarrollo no es distinto al de la anterior en los años 70. «Yo lo veo igual de mal», señala.
El académico le dijo a BBC Mundo que el actual nivel de gasto en ese país es excesivo, pues se está consumiendo una bonanza sin ahorrar. «Es injustificable el nivel de gasto público que ocurre en Venezuela y otros países latinoamericanos a raíz de la actual bonanza en los precios», dijo.
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