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Fronteras descuidadas

Ataque: Pasaportes falsos confiscados en un raid realizado en una célula relacionada con Bin Laden en España
(TIME) -- De todas las terribles lecciones que EE.UU. ha aprendido desde el 11 de septiembre, una de las más terroríficas ha sido lo absurdamente fácil que es para los chicos malos introducirse en el país. Los secuestradores de los aviones no cruzaron la frontera clandestinamente en medio de la noche ni presentaron pasaportes falsos; 19 de ellos entraron al país legalmente, con visados de turista, de negocios o de estudiante. Más de 7 millones de individuos entran a EE.UU. provistos de visados, y cerca de 3 millones de ellos permanecen más tiempo del indicado, como lo hicieron los terroristas. El Servicio de Naturalización e Inmigración, la agencia federal encargada de vigilar a aquellos que cruzan las fronteras, "se ha vuelto esencialmente un comité de bienvenida", asegura Jim Dorcy, un veterano de 30 años de la institución y que ahora es un consultor de la Federación para la Reforma Inmigratoria Estadounidense. "Tratamos a la gente que se presenta a nuestra puerta como si fueran clientes y buscamos una forma para dejarlos entrar", continúa.
Siete audiencias en el Senado y la Cámara de Representantes durante las últimas tres semanas han servido como manantial de ideas para lograr el cambio. Entre las medidas propuestas está la de incluir una base de datos gigantesca para seguir el rastro de las idas y venidas de todos los visitantes extranjeros. Semejante tipo de información podría llegar a costar 500 millones de dólares y ya está generado oposición de aquellos que la consideran xenófoba. Lo que ya se ha promulgado en un paquete antiterrorismo es una medida que triplicará la cantidad de agentes de inmigración a lo largo de la frontera con Canadá, de 6.400 kilómetros, cuya guarda está confiada en algunos trechos los conos de demarcación anaranjados. El senador Edward Kennedy, presidente del subcomité de Inmigración y por largo tiempo el campeón de las fronteras abiertas, introducirá legislación la semana próxima para la confección de nuevos pasaportes repletos de huellas digitales que podrían servir para realizar inmediatos chequeos personales. Otra propuesta, menos ostentosa pero no menos crucial, es la del entrenamiento de los 900 oficiales consulares que conceden las visados en los distintos puntos del globo.
Ninguna reforma puede resolver el problema central de la agencia: cómo separar a los miles de aquellos que desean visitar Disney World de aquellos que quieren volarlo en pedazos. Recientemente, el Servicio detuvo a un analista de negocios paquistaní, que estaba tratando de volar de Ft. Lauderdale (Florida) a la ciudad de Nueva York pero que no tenía sus papeles consigo. Después que el abogado del analista envió por fax una copia de su visado de negocios, el agente del servicio le dejó abordar el avión con una última recomendación: "Espero que no sea usted un terrorista. No nos deje en evidencia".
- Informes de Lissa August/Washington, Paul Cuadros/Raleigh, Siobhan Morrisey/Miami, Melissa Sattley/en la frontera con México, y Rebecca Winters/New York.
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