8 de junio 2003 - 00:00

LA FERIA QUE SE VIENE

Alfredo Hlito, «Estructura», 1945.
Alfredo Hlito, «Estructura», 1945.
Escribe Atila Karlovich
No es casual que Arte BA, con sus 8.000 metros cuadrados, sus 50 galerías y casi 100 expositores, y sobre todo con su enorme afluencia de público, atraiga la participación de instituciones de toda índole. Están, desde luego, las instituciones culturales (desde academias y museos hasta universidades) y fundaciones privadas dedicadas al arte, pero también dicen presente bancos, compañías de seguros, tarjetas de crédito, radios y hasta bodegas y empresas dedicadas a la salud. Es que ellos saben que el impacto económico del arte es cada vez menos desdeñable y que lo artístico sigue asociándose con la mejor de las imágenes.
Una asistencia importante que impacta desde hace varios años en la feria es la de la Generalitat Valenciana. Valencia es, tal vez, el mejor ejemplo para demostrar cómo una política cultural coherente y a largo plazo puede convertir una ciudad de provincias en un centro artístico que impacta internacionalmente.
En esta oportunidad presenta al paisajista Francisco Sebastián y a Luis Prades, quien, a la manera de los cubistas, accede a la figura humana a través de la geometría.
¡Ojalá lo que hizo y sigue haciendo Valencia por el arte y la cultura fuera de alguna inspiración para la nueva administración cultural! Otra presencia ya casi obligatoria es la de Fundación PROA, una institución tan ejemplar en el ámbito privado como Valencia en el estatal. En esta oportunidad exhibe muestras del conjunto que integra su exposición Arte Abstracto Argentino, que anteriormente transitó con notable éxito por Europa y que ahora es obligatorio visitar en su sede de La Boca. El stand del Fondo Nacional de las Artes (que ha apoyado a Arte BA desde sus principios) presenta este año una pequeña antología de obras de los artistas que integran el libro «Arte argentino de los años ’0», editado a finales de aquella década por el Fondo. Patricia Rizzo cura las obras de Marcelo Pombo, Leandro Erlich y Martín Di Girolamo entre muchos otros. Una buena oportunidad para la retrospección hacia el pasado inmediato. El Banco de la Ciudad de Buenos Aires, una institución que como pocas ha sabido integrar el arte a su actividad crematística, está presente con un conjunto de obras de grandes pintores argentinos (Quinquela Martín, Gambartes, Presas y Carpani, entre otros). Además, muestra las fotografías ganadoras del concurso reciente.
Tampoco faltan las asociaciones de amigos, tan importantes para el funcionamiento de las instituciones relacionadas con el arte en nuestro ambiente, donde no abundan los fondos públicos.
Están la del Centro Cultural Recoleta, y las de los Museos de Arte Moderno (MAMBA) y de Arte Latinoamericano (MALBA). Todas ellas informarán sobre la labor de sus museos y promocionarán sus actividades. De paso aprovecharán para afiliar nuevos socios que siempre son bienvenidos.

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