Donato de Santis llegó una vez a La Hostería y no pudo evitar «meter las manos en la masa». Fue así que convirtió un pequeño estudio que había en el restorán Tiramisú en una fábrica de pastas y pastelería. Gracias a su afán por ayudar a los dueños, hoy tiene vía libre para ingresar cuando quiera, como si fuese la cocina de su casa. En el menú, son precisamente las pastas la especialidad del lugar, desde las rellenas hasta las simples. De postre, obviamente, un buen tiramisú, el que inspiró a Viviana y Franco para este sueño una noche en Nueva York. Más información: www.hosteriacarilo.com.ar.
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