28 de septiembre 2007 - 00:00

Las mujeres son grandes protagonistas del sector

Las mujeres son grandes protagonistas del sector
Ayer les tocó a las mujeres ser homenajeadas en todo el mundo por el turismo. La consigna, a pedido de la Organización Mundial del Turismo (OMT) - United Nations World Tourism Organization (UNWTO), fue ratificar que «El turismo abre puertas a las mujeres» y considerar los logros alcanzados de la mujer en el turismo, el crecimiento vertiginoso de las mujeres viajeras y las ventajas que este sector tiene en los más diversos niveles de empleo para ellas.
Largo ha sido el camino desde aquellas pioneras inglesas que a fines del siglo XIX se lanzaban en solitario a recorrer el Sahara, Oriente o la Patagonia hasta las mujeres de toda edad que hoy se ven en los aeropuertos, solas, con amigos o en familia, expresando sus autonomía y libertad, eligiendo por sí mismas el destino que quieren recorrer.
Fuerte ha sido el avance desde las primeras aviadoras de ánimo deportivo a las que hoy pueden comandar un jumbo. O de los cabin boys o azafatos de la compañía inglesa Imperial Airways en los años 20 a las enfermeras de los aviones norteamericanos en los 30, a las aeromozas, a las actuales asistentes de vuelo o azafatas.
Y también, dado que el universo que abarca el turismo es tan amplio, tan extenso, tan diverso, desde aquellas mujeres que supieron cómo arreglar un cuarto de hotel que, de pronto, había crecido en estrellas a las que le compitieron en su terreno a los chef, desde las que se atrevieron a dirigir y gerenciar, administrar una agencia de viajes o las que comenzaron a asesorar a los viajeros, ya fuera desde detrás de un escritorio o como avezadas guías acompañándolos en sus periplos y descubriendo las bellezas de un patrimonio.

Un avance irrefrenable

Desde el año 1950, punto de partida de la eclosión turística planetaria, las mujeres no han dejado de avanzar como fuerza de trabajo en el «Sector Turismo». En 1998 la Organización Internacional del Trabajo observó que «por lo general 46 por ciento de la fuerza laboral en ese sector son mujeres, pero se debe tener en cuenta que en aquellos países en donde el turismo es una industria más madura, las mujeres por lo común ya representan 50 por ciento de la fuerza laboral». Prácticamente una década después, una investigación de catedráticos de la Universidad de Oriente, Venezuela, indica que «hoy las mujeres tienen una muy importante participación y ocupan más de la mitad de todos los empleos y puestos, principalmente en los niveles medios y altos, y poseen la preparación necesaria para ejercerlos».
A esto debe sumarse que el área del turismo está esencialmente basada en la prestación de servicios, y por lo tanto los recursos humanos son clave por cuanto en ellos convergen: calidad del trato, nivel de atención, habilidad y destreza para satisfacer expectativas, y, por todo esto, la demanda de personal abarca desde el profesional calificado y con alto nivel de especialización hasta el personal poco calificado pero con amplia capacidad para tareas manuales, domésticas o artesanales.
En 1979 la Organización Mundial del Turismo, pocos años después de vincularse formalmente con la Organización de Naciones Unidas (ONU), en su tercera reunión en Torremolinos, Málaga. España, (la OMT tiene su sede en Madrid) decidió que el 27 de setiembre de cada año se celebraría el Día Mundial del Turismo para conmemorar el que fuera el de la adopción de los Estatutos de la OMT y, a la vez, establecer de ese modo una fecha para sensibilizar sobre la importancia de «una actividad que es riqueza para la persona, para la familia, para la comunidad, para el país y para el mundo».
Los lemas del Día Mundial del Turismo que se han promocionado globalmente, a partir de su inicio en 1980, han tenido que ver con proclamar las intenciones, relaciones y desafios de esta actividad. Esos lemas forman ya un extraordinario conjunto de ideas sobre la función central del turismo.
En una gran parte de los casos la OMT subraya la importancia del turismo como «fuerza vital al servicio de la paz y la amistad» (1986), que «impulsa la comprensión mutua» (1980), es la «llave a la cooperación internacional» (1984), «impulsa el diálogo entre civilizaciones» (2001), es «factor de creciente solidaridad socioeconómica y de encuentro entre los pueblos» (1992) si se tiene en cuenta que «el libre movimiento de turistas crea un mundo unido» (1989) porque «el turismo es un factor de comprensión y tolerancia» (1996).
Por otra parte el turismo es «una industria desconocida, un servicio a liberar» (1990) porque está «al servicio del desarrollo» (1987), de la calidad de vida (1981), que será la «actividad esencial del siglo XXI para la creación de empleo» (1997), donde «la asociación entre sectores públicos y privados es motor de despliegue» (1998) «fuerza impulsora de la lucha contra la pobreza, de la creación y de la armonía social» (2003), porque. como se ha demostrado ampliamente, «el turismo es riqueza» (2006).
Para la OMT el turismo tiene una perspectiva desde la ética profesional y que alcanza a la conducta moral de los viajeros. Recuerda que «las vacaciones son un derecho, pero también una responsabilidad para todos» (1983), deben ser un «factor de conservación y de fomento del legado cultural» (1980), en su vertiginoso crecimiento el turismo debe «buscar una armonía duradera para la protección del medio ambiente» (1993 y 1997) y, más ampliamente, «del patrimonio mundial en el nuevo milenio» (1999). Ee en ese sentido que «tecnología y naturaleza son los dos retos para el turismo al inicio del siglo XXI» (2000), y el ecoturismo puede ser «la llave del desarrollo sustentable».
El turismo, recuerda constantemente la OMT, «es comunicación, es educación» (1991), es «educación para todos» y «el orgullo de viajar es el encuentro de buenos huéspedes con buenos anfitriones» (1982).
Así como en 1985 la Organización Mundial del Turismo se dedicó a exaltar la importancia del «turismo de jóvenes», este año desde Sri Lanka, país anfitrión, la OMT se propuso mostrar a esta actividad como moderna, vanguardista, enriquecedora, de avanzada, democrática y antidiscriminatoria, promotora de la igualdad entre hombres y mujeres, que crea oportunidades y «abre puertas a las mujeres» y señalar a «las mujeres como agentes de cambio en el turismo sostenible y la mayor fuerza para el desarrollo de éste».

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