4 de abril 2008 - 00:00

Lo cool es tener una mascota 5 estrellas

Lo cool es tener una mascota 5 estrellas
Escribe Leandro Ferreyra

Dónde quedó aquella frase que decía «tengo una vida de perros» usada para graficar una existencia penosa? Hoy tener una mascota y asegurarse de que esté a la última moda se ha convertido en necesidad en países como España o Estados Unidos. La tendencia poco a poco se ha ido trasladando al resto del mundo, y la Argentina no es la excepción. Comida gourmet o de vigiladas bajas calorías, alta costura con vestiditos fashion, spas con gimnasios y los servicios más exclusivos, habitación con televisor LCD, pasajes en business, hoteles 5 estrellas. Incuestionablemente, una vida colmada de lujos rodea hoy al mundo de los animales de compañía de la gente del jet set, de los que forman parte de los happy few, de las celebrities, o simplemente gente pudiente que adora apasionadamente a sus mascotas. Ningún gasto parece excesivo para tenerlas cómodas.
A la hora de buscar respuestas al fenómeno industrial que se ha generando en torno de las mascotas, las opiniones son tan amplias como analistas hay en la materia. Sin embargo, según coincide la mayoría, ha habido un cambio de hábitos en el cuidado y dedicación a estos animales domésticos, «al-
go que fue habitual, desde siempre, para gente de alto poder adquisitivo, es, desde ha-ce algunos años, algo común en parejas jóvenes que no se deciden a tener hijos, y muchos solteros y solteras, quienes suelen poner en los animales el amor y dedicación que destinarían a un hijo, algo que suele resultar perjudicial para las mascotas»
, manifiesta María de los Angeles Leyro, médica veterinaria y propietaria de un criadero de la raza Caniche Toy, uno de las razas más demandadas en el mercado.
«No estoy de acuerdo con la industria de lujos para perros. Hay que tratarlos como animales y no como a uno mismo. En el mejor de los casos eso puede resultarle indiferente a los animalitos, y en el peor, les puede generar enorme daño, además de provocarle molestia e incomodidad cuando por ejemplo les colocan ciertas prendas o joyas pesadas. La gente abusa, porque proyecta en el animal su propia vida y son dos cosas distintas. Los seres humanos buscamos satisfacer algo más allá de lo esencial, pero las mascotas no, son simples animales con necesidades básicas. Por eso no entiendo el circo que se genera alrededor de ellos.» La joven profesional cuenta que «esa industria no parece encontrar límites: desde hace unos años se hacen casamientos de perros, ¡algo inexplicable!».
La moda de «casar» mascotas se instaló en Inglaterra, cuando Timmy, un Bichon Frisé, y Muffin, una Shih Tzu, contrajeron matrimonio en el centro comercial Harrods. Los novios llegaron en carroza hacia el centro de compras y aceptaron sus votos nupciales ante la atenta mirada de sus dueñas. Finalmente, se besaron, ofrecieron torta a los invitados, y partieron en el carruaje tirado por caballos que poseía un cartel con la leyenda «recién casados». El problema es que si usted quiere casar a su mascota, por ahora la única opción es Harrods. Sólo es cuestión de sacar los pasajes para usted y los perros, reservar una de las tantas residencias para canes o llevarlos a un hotel de lujo que acepte animales y reservar la fecha en la tienda más famosa de esa isla. ¿Cuánto sale el paseo? Entre 5.000 y 7.000 dólares, que no es poco.

Super stars

«Algunas residencias de Beverly Hills o Nueva York tienen cuartos diseñados especialmente para mascotas, con grandes ventanales, plasmas LCD donde les proyectan dibujos animados, camitas, divanes de gamuza sintética, sillones con las patas de material para arañar, zona de comedor con enormes bebederos de lujo. La mayoría suele ser más grande que un departamento de dos ambientes en Buenos Aires», indica María de los Angeles Leyro, veterinaria especialista en animales chicos.
Emma es una diseñadora norteamericana que estudió alta costura y se dedicó a realizar vestidos de novia. Una vez, una de sus clientas le planteó lo inesperado: «Hágame una réplica de mi vestido para Mely. Se lo voy a poner el día del casamiento para entrar a la iglesia». El desafío de Emma Rose Design fue entonces coser su primer vestido en miniatura para perros. En esa oportunidad, la agasajada fue una diminuta chihuahua de dos años. A partir de allí, el boca a boca surgió efecto, el segmento «diseños para mascotas» creció hasta límites insospechados. «Un cliente pidió un vestido de cola para una caniche toy y un smoking para un macho de la misma especie, en época de apareamiento de ambos». El traje de novia más caro que realizó Emma Rose costó 7.200 dólares. Tenía una cola de tres metros y medio, estaba realizado en seda natural, cosido a mano y llevaba incrustados cientos de cristales Swarovski.

Baires entro en esa moda

El arribo masivo de extranjeros a la Ciudad de Buenos Aires está generando un cambio de hábitos en algunos hoteles porteños. Si bien la mayoría de los 5 estrellas todavía son reticentes, otros como el Four Seasons, admiten a sus huéspedes alojarse con mascotas. Otros más chicos, como el Art Deco Hotel and Suites, el Panamericano, Columbia Palace o Moreno Buenos Aires también trabajan con esa modalidad, pero la gran mayoría no permite animales en sus habitaciones aduciendo, en casi todos los casos consultados (Sheraton, Intercontinental, Emperador, Hilton, entre otros) que lo hacen para preservar la higiene e intimidad del resto de los huéspedes. De todos modos, hace unos años, nadie imaginaba que alguien pudiera alojarse en un hotel porteño junto con su mascota, sin tener que portar un apellido famoso. En otras grandes capitales como Madrid, Nueva York, Las Vegas, París, Kuala Lumpur o Londres, es común llegar a las cadenas hoteleras más prestigiosas en compañía de mascotas. El huésped es recibido con dos fichas de registro, una para él y otra para su mascota. En la del animal se lee, «mi nombre es...» y a partir de allí suele haber una serie de recomendaciones como si fuera una declaración jurada: «Debo comportarme bien, autorizo a mi dueño a pagar cualquier daño que cause dentro de mi habitación, me comprometo a salir a pasear al menos una vez al día», etc. Todos cuentan con servicio de veterinarios las 24 horas, y si el animalito estuviera enfermo se le envía una tarjeta, firmada por el gerente del hotel, deseando una pronta recuperación.
Otro segmento en pleno auge es el de hoteles de lujo pensados especialmente para mascotas. En este caso, se trata de lugares preparados para cumplir con todas las requisitorias exigidas por sus amos, hasta las más excéntricas. «Estos espacios son generalmente utilizados por hombres y mujeres de negocios, pilotos de aviones, altos ejecutivos de viajes o futbolistas», reconoce una directiva de una empresa aérea internacional. «No tienen el tiempo necesario para cuidarlos por su vida agitada, y su alto poder adquisitivo les permite dejar a sus perros no sólo en manos de expertos sino rodeados de todos los lujos.»
El American Dog and Cat Hotel, en pleno centro de Las Vegas es uno de los pioneros y además está entre los diez más lujosos del mercado. Allí, por 50 dólares por día, las mascotas pueden pasar la noche acostados sobre una alfombra de lana persa y ver su película preferida en un plasma de 32'. El Maskargo Animal Hotel's, edificado en el aeropuerto de Kuala Lumpur, va mucho más allá: tiene habitaciones con aire acondicionado, camas somier, y webcam por todo el complejo para que sus dueños puedan verlos desde cualquier punto del planeta en el momento que deseen. ¿La frutilla del postre?: un spa donde el perro podrá hacer una sesión de hidroterapia y masaje descontracturante para eliminar las tensiones del vuelo. Otros, como Maschotel, en Madrid, cuenta con hidromasaje, jacuzzi, gimnasio y peluquería. En Buenos Aires hay residencias exclusivas, aunque en menor escala y -por supuesto- con menos lujos, como Pet's Vacances y Naricitas Frías, que cuentan con guardería, pensión completa, paseos, salud integral y servicios adicionales.

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