«Tiene que ser algo bien al estilo Habana vieja». Así imaginó Noel Tortoló Solanas su bar temático, ideado para quienes quieran ir a disfrutar un buen momento con amigos o descansar después del trabajo y seguir usando su notebook. Para ello el local cuenta con wi fi, además de tener extractores de aire, y ofrece el tradicional mojito y el Cuba Libre -los más pedidos- junto con otros tragos (como el Siglo XXI, que tiene café frío, un cubo de hielo, ron añejo reserva, crema de leche y nuez moscada, chocolate o canela) que llegan a las mesas acompañados por algunos bocadillos como las almendras peladas tostadas, aceitunas marinadas con orégano, ajo, aceite de oliva, cáscara de naranja y jugo de naranja, y mariquitas de plátano. También la carta cuenta con unos cubitos de pollo marinados con azúcar negra, jugo de naranja y salsa de soja, cocinado al horno, que sale acompañado con un arroz con frijoles que se llama de moros y cristianos (los frijoles son los moros y el arroz, los cristianos), y dos plátanos fritos. Noel asegura que «es un mito que los habanos cubanos son caros». El club de Cabrera 4667 abre a las cinco, pero la mayoría de los fumadores comienza a ir después de las ocho o nueve. Aunque la mayoría de los adeptos a los cigarros son hombres, también hay mujeres que se animan a ingresar en este placer. Los jueves, viernes y sábados son los días más concurridos. Así Solanas invita a sentirse como si estuviese tomando un daiquiri en el Hotel Nacional de Cuba mientras se observa el Malecón. También hay una tienda de venta de artículos para el fumador, en la que se pueden adquirir cajas humidoras, tarjeteros de cuero y portapuros individuales, entre otras cosas.
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