- ámbito
- Secciones Especiales
Paraísos con zona franca, bellas playas y precios accesibles
El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina -en el Caribe colombiano- es uno de los destinos preferidos de los argentinos y del turismo internacional. Llegan atraídos por las aguas transparentes de su mar de siete colores, por la diversidad de propuestas que ofrecen y por la excelente relación costo-beneficio.

San Andrés cuenta, en sus 26 kilómetros cuadrados, con todas las comodidades de un destino turístico internacional y es, desde 1954, una zona franca donde se pueden adquirir electrónicos y perfumes a precios de free shop.
PASEO EN "MULITA"
La isla puede recorrerse en un viaje redondo de 31 kilómetros, en el que la mejor opción es alquilar una "mulita" o un carrito de golf (ambos motorizados) en concesionarios ubicados en la zona costera del centro.
Este paseo lleva, con rumbo sur, hacia el Hoyo Soplador, un túnel rocoso que comunica el mar con la superficie y en donde el agua, atomizada, se eleva varios metros.
Al retomar la ruta hacia el norte, se llega a La Piscinita, una "olla" natural que permite zambullirse a un estanque donde se puede nadar junto a peces tropicales; cerca, una novedosa incursión submarina con escafandra otorga la posibilidad de caminar 25 minutos por el lecho marino.
Más adelante, la Cueva de Morgan es una atracción escenificada que exhibe el lugar donde, aseguran lugareños, el famoso corsario Henry Morgan escondía sus botines.
En lo referente al alojamiento, la oferta está compuesta por resorts de playa, posadas nativas, hostales, hoteles de variada gama y departamentos.
Quien busque diversión, vida nocturna y la relación con otros turistas, deberá hacer base en la zona céntrica de la isla, donde la sucesión de bares, restoranes y discotecas asegura una velada de plena diversión. Allí se pueden disfrutar platos típicos a base de pescado, el fuerte trago "coco loco" y los ritmos más populares de la isla, como reggae, calypso y mento, interpretados por músicos locales.
COMPRAS LOW COST
Gracias a la exención impositiva, la caminata por la zona comercial es uno de sus imperdibles: innumerables son allí las ofertas de electrónicos, de perfumes y de las reconocidas esmeraldas colombianas.
A la hora de disfrutar del mar, además de las playas privadas de los resorts, la isla cuenta con cuatro públicas: la céntrica y concurrida Spratt Bright; San Luis, a 20 minutos del centro; Rocky Cay, de muy baja profundidad y la ubicada en Johnny Cay.
La oferta de atracciones no termina en las playas: el turista dispone de actividades con una alta dosis de adrenalina, como el buceo scuba y la práctica del parasail, un vuelo en parapente a 30 metros sobre el mar, traccionado por una lancha.
Excursiones por los cayos cercanos y el buceo de baja profundidad con snorkel pueden ser complementados con el alquiler de motos de agua, que dan la posibilidad de observar la isla desde una perspectiva diferente.
A los imperdibles del archipiélago, como Johnny Cay, se suma un recorrido familiar por el Cayo El Acuario y su vecino, el islote Córdoba, a los que se arriba en lanchas colectivas que parten desde diferentes puntos de la isla.
PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA
Las otras islas del archipiélago, Providencia y Santa Catalina, están ubicadas 90 kilómetros al norte de San Andrés y son la parada ideal para quienes el término vacaciones significa relax, distensión y contacto con la naturaleza. Existen allí hoy 38 hoteles y hosterías, tres de ellos ubicados en Santa Catalina.
La oferta gastronómica es básica, siendo la mayoría de los locales puestos de comidas con platos basados en pescado fresco.
Providencia cuenta con cuatro playas públicas: South West Bay, donde los sábados hay carreras de caballos; Manzanillo, con una extensión de 300 metros; Sweet Water Bay, zona turística por excelencia, y la Bahía de Maracaibo, que es también un parque nacional.
Desde Maracaibo se accede -en bote o kayak- a Cayo Cangrejo, un área protegida y controlada, con horario restringido de visita.
Providencia está conectada a Santa Catalina por el Puente de los Enamorados, una construcción de madera en la cual las puestas de sol son un espectáculo imperdible.
Este puente es el punto de inicio de un largo sendero que conduce a la Cabeza de Morgan, sitio apto para el buceo con máscara o, simplemente, nadar alrededor de la cueva donde el pirata, reiteradamente, guardaba sus tesoros.
El ingreso al archipiélago sólo es permitido con la Tarjeta de Turismo, un formulario que debe adquirirse antes de ingresar y conservarse durante toda la estadía.
Dejá tu comentario