25 de diciembre 2002 - 00:00

Pespasa: 22 años de confianza en el país

Escribe Richard Leslie Ramsay
Cuando Pespasa inauguró sus actividades en Puerto Deseado, provincia de Santa Cruz, en 1981, la población local conformaba una aldea que no superaba los dos mil habitantes, los que vivían en su mayoría de la actividad rural y de la explotación de recursos minerales.
Hoy, la ciudad santacruceña cuenta con unos 12 mil habitantes que agradecen la llegada de empresas dedicadas a la explotación de la pesca austral, uno de los pilares de la economía patagónica.

En cifras, esto se traduce a mayores ingresos, más puestos de empleo y un caudal creciente de inversión. Pespasa ha invertido hasta la fecha unos 40 millones de dólares para la instalación de plantas en tierra y la adquisición de buques pesqueros.
Según explicó su vicepresidente, Enrique Díaz, “a pesca influyó de manera decisiva en la economía local y cumplió un rol social muy valioso. Nuestra compañía fue pionera en la explotación de lo que se conoce como mersales del sur, especies que antes no se capturaban” Se trata de lo que popularmente se llama merluza de cola, merluza negra y merluza austral.

Pespasa tiene una hermana menor: Pesantar, empresa del mismo grupo empresario radicada desde 1988 en Ushuaia. Entre ambas compañías, la inversión en la región asciende a 70 millones de dólares y se generan puestos de trabajo para unas 400 personas. A ello, se debe sumar el empleo indirecto que generan estas compañías. Díaz aseguró que por cada trabajador de la empresa, existen otros cuatro que participan indirectamente del circuito laboral. Una firma pesquera genera movimiento en estiba, insumos, reparación de buques, agentes marítimos y muchas otras actividades.
Estas firmas tienen un fuerte sesgo exportador: 98 por ciento de la producción se vende al exterior como productos terminados. España, Italia, Grecia, Holanda, Portugal, Alemania, Japón, Estados Unidos y Brasil son algunos de los mercados de destino. En este momento, se proyectan ventas que rondan los 40 millones de dólares anuales.

Para cumplir con esta exigente demanda, Pespasa y Pesantar cuentan con infraestructura de alta tecnología para el procesamiento y envasado de sus productos. Asimismo, cuentan con tres buques propios y suman el arrendamiento de pequeños pesqueros locales que les proveen de pescado fresco.
Díaz manifestó su confianza en que la industria pesquera seguirá creciendo. Sin embargo, expresó su descontento por la tan postergada puesta en práctica de la Ley Federal de Pesca promulgada en 1998, la cual establece la asignación de cuotas de captura con el objetivo de no descuidar el recurso. “a ley tiene cinco años de aprobada pero no se la está cumpliendo. Esto genera caos e inseguridad jurídica y no se puede planificar a mediano y largo plazo. Hay que ordenar el caladero porque hay gente que, si bien no le correspondería cuotas, hoy está pescando” explicó Díaz.

Dejá tu comentario