15 de junio 2007 - 00:00

"No se debería denominar señora a quien no lo es"

Señor Director:

El destino quiso que naciera mujer. Fui creciendo y siguiendo entonces el ciclo de evolución del sexo femenino, y ahora, ya mayor, soy una señora casada, con tres hijas jóvenes conocedoras de todos los secretos de la condición femenina; he hablado con ellas, como antes conmigo lo hizo mi madre y como habitualmente lo hacen todas las madres.

Siempre las mujeres nos transmitimos todos los secretos que recibimos desde el nacimiento. No hay que extenderse demasiado aquí diciendo que nuestros órganos femeninos cumplen funciones vitales en la procreación. Tenemos útero y vagina, a diferencia de los hombres que tienen próstata y pene.

Entonces me pregunto, como mujer y como señora: ¿Por qué en la televisión se dice ostentosamente «la señora fulana de tal» cuando quien recibe esa denominación es alguien que se diferencia de mí y de todas las mujeres por tener todos los atributos del hombre?

No nos equivoquemos. En lo que digo no existe la menor intención de discriminación alguna. A quien en su vida ha tomado la decisión, por cualquier razón que fuere, de sentirse del sexo opuesto, nadie tiene el derecho de negárselo. Entiendo que a quien opta por esa transformación se lo denomina travesti; bien, ¿por qué a quienes en esa condición ejercen la prostitución por calles o parques de Buenos Aires, así se los identifica, y a quienes forman parte de un medio de comunicación masiva se los proclama: ¡la señora!?

Me siento agraviada; mi condición de mujer así me lo hace sentir. Para ser señora, más allá del hecho social, creo que todavía hay que tener órganos femeninos, cumpliendo así la naturaleza de las cosas, entre ellas la de los placeres.

Teresita Coutinho
CI: 6.511.810

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