17 de junio 2019 - 15:11

Socialismo digiere derrota y se abre puja por propiedad de voto peronista

El PJ nacional capitaliza triunfo de Perotti tras doce años de administración socialista en el tercer distrito electoral del país.

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Imagen: Noticias Argentinas.

El feriado y las malas condiciones climáticas de este domingo sumieron a Santa Fe en un silencio postelectoral ominoso.

Los festejos en el búnker peronista por el triunfo de Omar Perotti se extendieron hasta bien entrada la madrugada. En los cuarteles del socialismo todo se sumió en el espanto, con rostros desfigurados por el impacto de la derrota que, aunque no sorprendió del todo, confirmó la peor de las sospechas: que el ciclo del progresismo tanto a nivel provincial como municipal estaba terminado.

El desgaste del Frente Progresista –alineado a nivel nacional con Roberto Lavagna- no es monocausal y ya había mostrado su fragilidad y sus fisuras en 2015 cuando venció a Miguel Del Sel y al propio Perotti por un ajustadísimo margen de apenas 1.700 votos. Y terminó de despedazarse en las legislativas de 2017 con la lista que encabezó Luis Contigiani como candidato a diputado nacional y que llevó a ese sector a una estrepitosa derrota.

Lo cierto es que a partir de hoy, cuando todos despierten del letargo, comenzará en Santa Fe una nueva etapa política que se materializará a partir del 10 de diciembre cuando Miguel Lifschitz transfiera el mando al peronismo, que recupera el poder después de doce años.

El resultado de la elección también inspira infinitas lecturas e interpretaciones en el plano político nacional. En medio de la diáspora que acecha a las candidaturas presidenciales, la plaza electoral santafesina –el tercer distrito del país- es clave para cualquiera de los frentes con comando en Buenos Aires.

Bien entrada la madrugada y cuando el triunfo de Perotti era irreversible, la Casa Rosada se ocupó de señalar con curioso puntillismo la buena relación que une en el Senado a Miguel Pichetto y a Perotti. Eso, a priori, permite imaginar que el Gobierno sumará a Santa Fe a la agenda de contactos contrareloj para atar el respaldo, en este caso, del peronismo local a la fórmula Mauricio Macri-Pichetto.

En la otra vereda, el precandidato Alberto Fernández le dedicó un contundente mensaje de felicitación –vía Twitter- que, sin embargo, no fue refrendado por la expresidente Cristina de Kirchner con quien Perotti ni siquiera comparte bloque en la cámara alta.

Hasta acá Perotti se ha mostrado muy reticente a expresar su preferencia o su alineamiento por uno u otro bando. Y fue quizás esa inocuidad la que le permitió aglutinar en la provincia a todos los sectores peronistas –incluido al massismo y al kirchnerismo- debajo del paraguas de su candidatura y conseguir el domingo un triunfo histórico. Pese, incluso, a haber protagonizado en abril una interna real con María Eugenia Bielsa, la postulante outsider del PJ provincial que finalmente se sumó a la campaña perottista.

Ayer, el gobernador electo dijo que espera que en las elecciones primarias de agosto y en las presidenciales de octubre exista "un peronismo unido" como se ha logrado en la provincia.

"He trabajado toda mi vida para el peronismo y hemos trabajado para unir Santa Fe. Ojalá hagamos lo mismo a nivel nacional, aspiramos a un proyecto nacional y espero que hasta último momento se trabaje para una unidad amplia del peronismo", trazó en diálogo con Radio 2 de Rosario.

Sobre el armado de listas para la designación de los candidatos a diputados nacionales para las elecciones del 11 agosto (cuyo plazo vence este sábado), Perotti adelantó "que esa etapa de armado estará a cargo de Ricardo Olivera", presidente del PJ en Santa Fe.

Al analizar el resultado en cuanto a la integración de la legislatura en donde el sector tendrá mayoría en la Cámara de Senadores y minoría en la Cámara baja (ver nota aparte), aseguró "que tanto a nivel país como en Santa Fe se viene una etapa de diálogo".

Perotti también se refirió al resultado de la elección para intendente en las dos ciudades más grandes de la provincia: Santa Fe y Rosario, donde fueron electos los candidatos del Frente Progresista Cívico y Social Emilio Jatón y Pablo Javkin, respectivamente.

"Yo voy a gobernar la provincia con los que la gente eligió en cada pueblo o ciudad y espero la mejor colaboración de los elegidos", sostuvo.

Sobre la transición hasta diciembre cuando asumirá la Gobernación por los próximos cuatro años, subrayó "que espera sea la mejor posible" y en esa línea reveló que el gobernador socialista, Miguel Lifschitz, "fue el primero que lo llamó anoche para saludarlo".

El actual mandatario, por su parte, consideró ayer que no cree que haya "una ola peronista" en la provincia y el país, sino que "por errores del gobierno nacional y uniendo a sus propias vertientes le ha permitido al peronismo lograr un triunfo aquí en Santa Fe".

Por lo pronto nadie puede por estas horas aventurar que los votos de la provincia puedan llegar a ser en agosto y en octubre kirchneristas o macristas. Nadie es dueño de los votos, y mucho menos cuando, como en este caso, dependen tanto de la movilidad y de las condiciones propias de un distrito con probada independencia electoral.

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