1 de febrero 2019 - 00:02

Sorpresa: AMIA le exige a DAIA que se aparte de la querella y diluye la causa memorándum

Pelea de poder en el interior de la dirigencia judía, trasfondo del duro documento. Continuar con la acusación contra Cristina de Kirchner sería "perjudicial", señalan y cuestionaron no dejar atrás "la grieta". Gobierno, impactado por alianza táctica comprometida.

Agustín Zbar y Jorge Knoblovits
Agustín Zbar y Jorge Knoblovits

La cúpula directiva de la AMIA pateó el tablero y ofreció la noticia política de impacto judicial que sacudió el final de la feria de enero: mediante una carta firmada por sus autoridades, exigió al presidente de la DAIA que esa entidad se aparte de la querella de la causa penal por la firma del Memorándum con Irán, iniciada a instancias de la denuncia del fiscal Alberto Nisman. Los términos de su redacción y lo categórico de su análisis sobre el expediente dejan al nuevo titular de la DAIA, Jorge Knoblovits, sin mucho margen, creando también un cisma institucional de proporciones en el interior de la dirigencia comunitaria judía. De fondo, una disputa de poder por la conducción de la representación política de las entidades fue el caldo de cultivo para que se generara el documento, e incluye la intención -todavía diplomática- para que la DAIA abandone el edificio de Pasteur 633, donde históricamente funciona la AMIA.

La causa penal por el Memorándum con Irán está en etapa de juicio oral y público, luego de que el juez Claudio Bonadio tomara un expediente mellizo para avanzar con el caso por encubrimiento por la firma del pacto que nunca entró en vigencia. La principal acusada es la expresidente Cristina de Kirchner, junto a otros integrantes de su Gobierno y dirigentes afines al kirchnerismo. La decisión de AMIA cuestiona (en retrospectiva) cuál fue la verdadera intención para que la DAIA lograra la reapertura de la denuncia, ya con Cambiemos en el Gobierno. Habiendo sido rechazada en varias instancias judiciales durante 2015 y 2016, fue el impulso de la querella privada de DAIA la que permitió que Casación propiciara su reapertura y que el camarista Martín Irurzun tomara la decisión de que todas las actuaciones quedaran en manos de Bonadio, quien cursó el primer pedido de desafuero para detener a Cristina por este caso.

“Consideramos que mantener esa querella es perjudicial para la comunidad en general y afecta en particular a la AMIA en su gestión específica. Cabe recordar que fue la oposición firme de la AMIA la que logró que el pacto de nuestro país con el enemigo de Israel nunca entrara en vigencia”, expresó la Comisión Directiva de AMIA, en una carta a la que tuvo acceso la Agencia Judía de Noticias. Fuentes ligadas a la entidad deslizaron que el único objetivo que se habían planteado como organización era la declaración de inconstitucionalidad del documento. Eso había ocurrido en 2014, un año antes de que Nisman planteara su denuncia, cuyo contenido es la base de la causa que instruyó Bonadio sin mayores ampliaciones.

“La DAIA debe desistir de impulsar la causa judicial contra Cristina Fernández de Kirchner por el memorándum de entendimiento con Irán. La revisión de esa terrible decisión de política exterior y su reversión histórica corresponden a toda la sociedad argentina y sus representantes”, indicó el documento que lleva las firmas del vicepresidente primero, Ariel Eichbaum, y del secretario General, Darío Fernán Curiel. Agustín Zbar -su presidente- no firmó por encontrarse en el exterior, pero su impulso fue crucial para la reunión del 15 de enero cuando se discutieron en el seno de la comisión directiva los puntos que se iban a tratar en el crítico temario. Y para que el 22 de enero, la carta fuese enviada a la DAIA, dirigida a Knoblovits, como un Exocet que hizo estallar la relación con la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas. Zbar, pariente político del empresario y titular de IRSA Eduardo Elsztain -quien ocupó cargos destacados en el Board del Consejo Judío Mundial- también mantiene buena relación con el titular de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz. La estrategia de diferenciación con la DAIA responde a varios motivos concurrentes: la interna comunitaria busca desplazar del protagonismo en la conducción política a la DAIA que, con malicia, señalan desde la AMIA, deben sostener hasta económicamente. Por eso es que, entre otras medidas, buscan separarse hasta del punto de vista simbólico del edificio donde funciona AMIA. Ya les han pedido que busquen otro lugar para establecer su sede.

La AMIA apuntó: “Al desistir de esta querella contra la senadora y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la DAIA empezará a tomar distancia de una causa que está en el centro de la famosa grieta que divide a la mayoría de los argentinos, división que por cierto no nos representa”. La DAIA guardó silencio tratando de digerir el impacto y no acusó recibo. El Gobierno también vio deshilacharse uno de los frentes que apuntalaban judicialmente la acusación por el pacto con Irán contra el kirchnerismo. Fue el segundo golpe tras el desistimiento de Sandra Arroyo Salgado de continuar con la querella de la investigación por la muerte de Nisman. En tribunales, más allá del poco entusiasmo que despierta el juicio oral por el memorándum, se leyó la misiva como un golpe a la legitimidad -ya cuestionada- que arrastraba toda la instrucción del caso.

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