10 de julio 2001 - 00:00

Chrysler Caravan: ¿cuándo salimos?

Chrysler Caravan: ¿cuándo salimos?
El furor de las minivan comienza en los Estados Unidos gracias a la Chrysler Caravan, y en Europa, Renault, con la Espace, fue la primera en seguir con la idea de que un nuevo tipo de automóvil había llegado, aunque fue Nissan, con el Praire, la marca que innovó con la idea; pero los resultados comerciales del modelo no fueron los esperados y no alcanzó la difusión necesaria para convertirse en la gran referencia. En cambio, de la Caravan, juntando las tres generaciones anteriores se llega al interesante número de más de 9 millones de unidades vendidas en todo el mundo y acumula más de 150 premios a lo largo de sus 18 años de trayectoria. Para lanzar esta cuarta serie al mercado, DaimlerChrysler AG invirtió más de $ 1,8 billón de dólares. En la Argentina, por el momento, se comercializan dos versiones nafteras: una con un motor cuatro cilindros, de
2.429 cm3 y 150 CV, y la otra, con seis cilindros en V, de 3.303 cm3 y 180 CV. Esta vez tuvimos el privilegio de realizar una prueba exclusiva con la prime-ra de ellas para conocerla a fondo y describir sus virtudes y defectos con la objetividad que usted ya conoce.

¡Bienvenido!

La primera impresión es la que cuenta, habrán pensado los diseñadores e ingenieros de Chrysler a la hora de crear el interior de la nueva Caravan. El asiento del conductor, con sus medidas generosas y su apreciable sujeción lateral, invita a tomar el mando y debido a su posición alta y a la gran superficie vidriada se obtiene una excelente vista del entorno. Para acomodarse a gusto, se puede regular el respaldo y la longitud del mismo y el volante en altura, aunque por su precio debería ofrecer la posibilidad de graduarlo en profundidad.
Es fácil encontrar una confortable posición de manejo y uno no puede dejar de admirar el ancho y la altura que tiene, que la hacen capaz de albergar a personas corpulentas sin inconvenientes. Casi todo es perfecto, a excepción de la mencionada falta de regulación en profundidad del volante y de la ubicación del pedal del acelerador, cuyo accionar molesta debido a que los pedales de embrague y freno están colgados como en un auto tradicional y, en cambio, el del acelerador hay que apretarlo hacia abajo, como en un utilitario, con un recorrido que sinceramente no es agradable, aunque esto recién lo va a notar si circula a un ritmo elevado, ya que la posición que adopta el pedal a velocidades permitidas por la ley es correcta.
El espacio interior es una de sus grandes virtudes que se percibe de generación en generación. Siete personas pueden acomodarse a gusto, aunque la disposición de la segunda y la tercera fila de asientos no nos convence del todo.
En la segunda existen dos butacas individuales y en la tercera, banqueta y respaldos enteros capaz de albergar a tres ocupantes. Pero es conveniente aclarar que esta configuración puede intercambiarse, aunque el acceso a la tercera fila se complica. Un punto muy elogiable es que todos sus respaldos se pueden reclinar, por lo cual se consigue una posición mucho más confortable que se valora en los viajes largos. La capacidad y la practicidad del baúl son muy limitadas cuando se hace uso de la tercera fila de asientos, por lo cual si desea salir con la familia y todas sus pertenencias hay que eliminarla para disponer de un espacio fuera de la norma. Es decir, es enorme...
El modelo probado, con el motor de cuatro cilindros y 150 CV, es el más accesible y permite tener una Caravan por un costo muy interesante de 35.015 pesos. Alcanza una velocidad máxima de 180 km/h, un valor más que suficiente para las aspiracio nes y el uso a los que apunta este vehículo. La aceleración de 14,7 segundos de 0 a 100 km/h es razonable y los consumos en ruta a las velocidades permitidas es muy bueno, pero en la ciudad es elevado. El peso del conjunto le juega en contra en el tránsito urbano, pero en vez de los 15 litros podría situarse entre los 13 litros. La insonorización es brillante. Pasan y pasan los kilómetros y uno no deja de sorprenderse de la tranquilidad de marcha que consigue y es aquí donde se encuentra su mayor virtud, porque viajando a cualquier ritmo de marcha siempre transmite un muy valorado relax.

El confort sobre todo


No existen dudas de que el confort de marcha era el tema primordial cuando desarrollaron el nuevo vehículo, y si ya su antecesor disponía de un andar muy agradable, la nueva versión aumenta esa cualidad y se transforma en una de sus grandes virtudes. Las nuevas suspensiones son un poco blandas, pero han logrado el compromiso de suprimir en forma eficaz toda clase de tortura de los desniveles del piso como baches, pozos y cunetas, y al mismo tiempo un agarre sin fisuras cuando llega el momento de circular rápido. Su buen aplomo, chasis, distancia entre ejes y las medidas de sus trochas delantera y trasera contribuyen para lograr este buen resultado. La terminación es otro de sus aspectos altamente positivos y la solidez estructural está de acuerdo con su calidad de producto. La dirección trabaja en forma eficaz aunque está un poco sobreasistida al circular rápido y los frenos han logrado detenerla en muy buenas distancias. La caja de velocidades tiene relaciones largas, por lo cual la elasticidad es un aspecto mejorable y pasar los cambios, es decir el comando de la misma, no es agradable. Existen ciertos espacios vacíos, en especial al insertar la tercera marcha; para mejorar.

¿Cómo puede faltar el CD?

Existe un faltante que no se puede perdonar. No tiene compact disc. En un vehículo con un costo superior a los
35.000 dólares esto no debería estar pasando y el techo corredizo eléctrico también debería estar presente. El lado positivo es que tiene airbags frontales y laterales para el conductor y acompa-ñante, sistema de antibloqueo de frenos (ABS), cierre centralizado de puertas con comando a distancia y control automático de velocidad crucero. En suma, la nueva Chrysler Caravan aumenta las virtudes de su antece-sora con un elevado confort de marcha, un precio más tentador y mayores elementos de seguridad conjugados con su apreciable espacio interior, preparado para albergar confortablemente a toda una familia. Por todo lo expuesto, cuando uno la tiene, la pregunta que más va a escuchar de sus seres queridos es: ¿cuándo salimos?, porque sinceramente invita a viajar.

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