El gobernador, el demócrata Gray Davis, aprobó la ley calificada de «histórica» por las organizaciones de defensa del medio ambiente, que confían en que, al igual que ha venido ocurriendo con otras iniciativas de corte ecológico, California empuje a otros estados a que tomen medidas similares.La reacción de la industria automovilística, que durante décadas ha tratado de frenar en el Congreso la aprobación de medidas similares, ha sido, como cabía esperar, de oposición a la medida. La ley convierte a California en el primer estado en requerir a los fabricantes de automóviles que cumplan con una serie de medidas para que los vehículos reduzcan las emanaciones de los gases causantes del efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Estos gases, argumenta la comunidad científica, contribuyen en gran medida al calentamiento global del planeta. Durante más de dos décadas, los políticos de Michigan (cuna de la industria automovilística) y los de Texas (con grandes intereses en el petróleo) han entorpecido los repetidos intentos de establecer nuevas reglas para fabricar autos más ecológicos.
Pero California, que con 35 millones de residentes -una población mayor que la de Canadá- compra diez por ciento de todos los nuevos automóviles cada año en Estados Unidos, es un gigante al que será difícil parar los pies. Esto es, precisamente, lo que más teme la industria automovilística: «No podemos fabricar un coche para California y otro para Washington DC», señaló Eron Shosteck, portavoz de la Alianza de Fabricantes de Automóviles. Este grupo cree que la nueva ley limitará las posibilidades de elección del consumidor, obligando a los fabricantes a elevar los precios y a diseñar vehículos más pequeños, ligeros y menos versátiles, justo los que menos gustan a los estadounidenses. «Los consumidores se enfadarán cuando se encuentren con que no pueden comprar un todo terreno o una minifurgoneta», apunta Shosteck.
La industria también argumenta que, con esta ley, el estado está tratando de establecer regulaciones sobre la gasolina, algo que sólo el gobierno federal está autorizado a hacer. California -el único estado al que le está permitido, en virtud de una ley de 1967, establecer sus propias regulaciones sobre las emisiones de gases- no podía quedarse de «brazos cruzados» esperando a que George W. Bush tomase medidas para evitar el calentamiento global del planeta, señaló el gobernador Davis. La ley podría suponer un gran empujón para la fabricación de estos vehículos, que utilizan tanto gasolina como electricidad y reducen drásticamente el consumo. Los modelos de Toyota y Honda que ya están en el mercado, por ejemplo, sólo consumen cuatro litros por cada 50 millas. Los autos del futuro podrían incorporar otras medidas, además de los motores eléctricos, para convertirse en más ecológicos, como ruedas de baja fricción, cambios manuales de hasta seis marchas (la mayoría de los coches de EE.UU. utilizan cambios automáticos), convertidores catalíticos mejor sintonizados y sistemas de aire acondicionado más apropiados.
Dejá tu comentario