25 de febrero 2002 - 00:00

Un coreano al gusto europeo

Un coreano al gusto europeo
Al igual que las pick-ups, el segmento de los llamados monovolúmenes es uno de los pocos que, a pesar de la crisis, sigue teniendo un avance lento, pero sostenido, en las ventas de automóviles. El hecho de que se hayan lanzado en tan poco tiempo nuevos modelos es el mejor indicador de que los números de esta clase de vehículos seguirán subiendo, y por eso es lógico que Hyundai, a pesar de tener con su marca Galloper al Santamo, que es uno de los líderes, haya presentado al Matrix para consolidarse en esta franja tan reñida del mercado.
En esta división del mundo automotor para el cliente entran en consideración -aparte de los mencionados Santamo y Matrix- el Citroën Picasso, Chevrolet Zafira, Fiat Múltipla, Kia Carens y Daewoo Tacuma. La mayoría de ellos ha sido lanzada al mercado argentino hace muy poco tiempo y ha nacido para abastecer principalmente las necesidades del mercado europeo, por lo cual no deja de ser relevante el hecho de que el nuevo Matrix coreano ha sido diseñado por el centro de diseño italiano Pininfarina. Una prueba con el Matrix en su versión full, denominada GLS, nos permitió conocer sus características más importantes.

Un hábitat acogedor

Al buscar una agradable posición de manejo, se dispone de prácticas regulaciones del asiento y volante. Altura -en forma basculante-, respaldo y longitud del asiento se suman a la inclinación del volante para facilitar la tarea; aunque falta la opción de cambiar su profundidad, es muy probable que la mayoría de las personas pueda encontrar su postura correcta. Debido a su amplia superficie vidriada, es notable la visibilidad que tiene, pero el tablero de instrumentos, al ubicarse en el medio de la consola central, obliga a sacar la vista del camino más de lo debido.

En este tipo de vehículos el aprovechamiento del espacio interior es una de las virtudes más fuertes, y en el Matrix esto se percibe claramente para todos los ocupantes. Cinco personas se pueden acomodar a gusto, y sólo el quinto pasajero tiene un poco menos de confort, pero de cualquier forma, el espacio que se logra para aquella persona que se ubica en el medio del asiento posterior es apreciable. La distancia al techo de los asientos, el ancho y el volumen disponible para las piernas están fuera de la norma y pueden llegar a ser un buen motivo de compra para aquella persona que necesita espacio extra. Aunque para lograrlo se sacrificó capacidad de baúl, ya que sus 350 litros son pocos frente, por ejemplo, a los 410 litros disponibles en el Scénic o los 600 del Zafira.
Por otro lado, tiene una cantidad de portaobjetos muy elogiable con bandejas tipo avión en los respaldos de los asientos delanteros, portaobjetos ocultos debajo de los asientos posteriores y en el piso.
El motor entrega valores lógicos a su cilindrada, peso y potencia. Con cuatro cilindros, 1.599 cm3 y 101 CV de potencia se las debe arreglar, por ejemplo, contra el dos litros de 140 CV de la Scénic ó el dos litros de 118 CV del Picasso, por lo cual relacionando el precio que se pide por el Matrix y la potencia disponible, está en desventaja con sus rivales. Pero también es cierto que es muy probable que la gran parte de los compradores de esta clase de vehículos no les de tanta importancia a estos datos.

Consigue una velocidad máxima de casi 170 km/h, acelera bien y consume dentro de la norma -con un poco de exceso en ciudad-, pero debe mejorar su elasticidad, la reacción en bajas vueltas y la insonorización a altas velocidades.

Por el momento, no es importada una versión turbodiesel que está disponible en Europa.
El confort de marcha es destacable gracias a sus suspensiones equilibradas y a un chasis eficiente con una estructura muy sólida. La dirección cumple bien su función y sobresale por su radio de giro para maniobrar con un gran margen de seguridad. Del sistema de frenos se debe mejorar la dosificación del pedal en las frenadas, que han sido un poco más largas que sus competidores, a pesar de contar con un ABS de funcionamiento prematuro, por lo menos en la unidad probada. La caja de velocidades presenta unas relaciones que complican su elasticidad, y el pasaje de los cambios no es preciso, en especial cuando se quiere obtener una marcha más ágil al querer modificar más rápido los cambios. Pero hay que confesar que para un uso familiar no es un gran problema.

Equipamiento

Por último, en cuanto al equipamiento, el punto inadmisible es la ausencia del CD, y es interesante notar las diferencias entre las dos versiones que se ofrecen. La más accesible es la GL, que cuesta 23.600 pesos, pero pierde una cantidad de elementos apreciables con respecto a la GLS full. Faltan los airbags para el conductor y acompañante, vidrios tonalizados, luneta trasera térmica, red para equipaje, alarma antirrobo, faros antiniebla, cierre centralizado con comando a distancia, portaequipaje y techo corredizo eléctrico. Por lo tanto, si le gusta el confort, vale la pena financiar la diferencia y llegar a la full, que está muy bien equipada. Pendientes quedan el citado CD y los airbags laterales, ya que existen varios competidores que lo tienen.

El Matrix, de Hyundai, tiene importantes virtudes, como ser un vehículo bien construido, con un interesante equilibrio de marcha, un espacio interior que muchos competidores no pueden ofrecer sumados a una interesante relación precio-producto.

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