14 de febrero 2019 - 12:14

Tres escenarios para la economía, del optimismo del Gobierno a la adversidad

Proyecciones para este año con foco en tres temas: el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, la formación de activos externos y el uso de las reservas internacionales.

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Foto: NA

En términos electorales, Cambiemos tendrá este 2019 el desafío más importante desde que está en el poder: mantenerlo. Esa prueba deberá afrontarla en el marco de una economía debilitada, con condicionamientos del Fondo Monetario Internacional, y ante una oposición que aun busca una unidad y ser competitiva.

Con ese panorama, un informe de la consultora Synthesis, del extitular del Banco Central, Alejandro Vanoli, plantea tres escenarios posibles para la economía argentina, que van desde una visión optimista del Gobierno hasta un horizonte más adverso.

“Estas elecciones tienen una particularidad: el Fondo Monetario Internacional es un jugador más ya que tiene un rol de control de la política económica por los préstamos enviados durante el 2018. Dada las condiciones impuestas, el Gobierno ha perdido varios grados de libertad y no podrá realizar ‘políticas electorales’ a primera vista”, señala el documento. Y agrega: “Además, durante los años electorales, la ‘fuga de capitales’ y la inestabilidad cambiaria son más intensas en relación a períodos anteriores por lo que es esperable que existan momentos de mucha tensión en ambos. Sin embargo, dada la importancia que representa la Argentina para el FMI y que Cambiemos es un aliado del organismo, puede ser que flexibilice algunas de las condiciones (mayor emisión, déficit fiscal, entre otras)”.

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Teniendo en cuenta estos factores, Synthesis analiza las proyecciones de la economía argentina para este año poniendo foco en tres temas: el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, la formación de activos externos y el uso de las reservas internacionales.

En el primer supuesto según las previsiones del Gobierno y el FMI se espera una cuenta corriente de -7%, con una suba de la balanza comercial de 9%. En cambio, los dos escenarios adversos plantean una caída de 11,3% y de 14,5%, con incremento menor de la balanza comercial, de 4,7% o de solo 1,5% en el peor de los casos. En todos los casos los números son mucho mejores que en 2017 y 2018.

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“Como se observa en el gráfico, en el escenario optimista del FMI-Gobierno, la Cuenta Corriente mejora un 73% por una mejora en la balanza comercial por un crecimiento de las exportaciones de productos primarios (+15,5%) y caída de las importaciones (-7,8%). No obstante, los otros dos escenarios muestran mejoras de la Cuenta Corriente pero en menor medida por un menor saldo comercial. En el escenario adverso n° 1, el saldo de la Cuenta Corriente pasa de los US$ 25,9 mil millones a US$21,8 mil millones por una mejora de la balanza comercial de US$ 4,7 mil millones. En tanto, en el escenario adverso, la CC tiene un mayor déficit (US$ 14,5 mil millones) por una balanza comercial ‘neutra’ (US$ 1,5 mil millones). En ambos escenarios adversos se consideran un menor crecimiento de las exportaciones, con una menor caída de las importaciones, ambos fenómenos muy posibles si el tipo de cambio se sigue retrasando, y el rebote de la actividad aminora la caída de las importaciones”, sostiene el informe.

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Luego al analizar la Formación de Activos Externos (FAE), dice: “para el escenario optimista, el FMI espera una reducción de la Formación de Activos Externos de forma notable en comparación con el año 2018: -82%, pasando de US$ 23 mil millones a US$ 4,2 mil millones”.

Y afirma: “En cambio, para el escenario adverso n° 1, la FAE también se reduce pero en menor cuantía (-41%) mientras que en el último escenario, se mantiene los mismos montos de la FAE. Hay que tener en cuenta que en los años electorales, la fuga de capitales siempre es intensa y es posible pensar que estos valores (principalmente el peor escenario) pueden ser mayores dado que no se tiene en cuentas otros shocks que no se está analizando (cambios en el contexto internacional, decisiones de política nacional, entre otras)”.

Reservas Internacionales

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Para el caso de uso de las Reservas Internacionales, Synthesis destaca que las proyecciones son que hay una caída. “En el escenario positivo (FMI-Gobierno), las RR.II disminuyen en 2,9mil millones dólares en relación al 2018. En el escenario adverso 1, el uso de reservas internacionales es mayor: se espera para el año 2019 sea de US$ 13 mil millones. Por último, el peor escenario prevé una baja de US$ 25,7 mil millones de las reservas internacionales por parte del BCRA”, repasa el informe.

“Los valores de los escenarios adversos tienen en cuenta los fondos del FMI y otros organismos por casi US$ 25 mil millones para el 2019. Sin embargo mayor compra de divisas por residentes, salida de inversiones de no residentes y menor mejora en el balance comercial pueden implicar grandes caídas de reservas, aumentando la presión sobre el tipo de cambio (y los precios) en el año electoral”, concluye.

Synthesis también hace un repaso de los que dejó 2018, recordando que la actividad económica registró por séptimo mes consecutivo una caída de manera interanual (-7,2% en nov-18) con 11 de los 15 sectores con registros negativos. Asimismo, que la inflación fue la más alta en 27 años al marcar 47,6% interanual.

Por otro lado, la consultora destacó que persistieron los problemas de empleo, con “deterioro importante del trabajo”, con menor cantidad de trabajadores formales y caída del poder de compra de los salarios.

Al analizar el comportamiento de la balanza comercial en 2018, Synthesis afirma que hubo una mejora producto de la caída de las importaciones. Pero se explica por “la fuerte recesión, con caídas en el consumo y la producción, más que por una substitución de importaciones por cambios en los precios relativos”. “Si la actividad económica comienza a recuperarse durante mediados de año como anticipan en el Gobierno y el FMI, el ajuste del déficit comercial puede interrumpirse a menos que se acelere el crecimiento de las exportaciones”, argumenta.

“Como se destacó el informe anterior, si bien las reservas internacionales alcanzaron valores récord, estas están conformadas por los depósitos del Tesoro provenientes de los desembolsos del Fondo Monetario Internacional, y tienen el fin asignado de cubrir los vencimientos de deuda externa y locales en moneda extranjera. De todas maneras, el poder de intervención está limitado por el nuevo esquema cambiario. El tipo de cambio debería subir un 32% hasta alcanzar el techo de la Zona de No Intervención, donde el Banco Central podría comenzar a licitar la venta de divisas por montos limitados”, añade al referirse al dólar. Al respecto, también prevé que haya un aumento de la compra de divisas cerca de las elecciones “aumentando el ingreso disponible y la incertidumbre económica respectivamente”.

“Durante enero también se registró una aceleración en la baja de tasas. Sin embargo, la autoridad monetaria ante la disyuntiva de acelerar aún más dicha baja o comprar divisas optó por la segunda”, se afirma.

Impacto macroeconómico

Con lo que respecta a la inflación, el escenario previsto por el FMI para 2019 muestra un IPC del 34,3%. Luego de la fuerte suba del tipo de cambio en 2018, una mayor estabilidad cambiaria puede estar asociada a una deceleración en la variación de precios. Sin embargo, el ajuste tarifario y la recomposición salarial dan un piso a dicha baja, analiza la consultora.

Con mayores subas del tipo de cambio como las esperadas en los escenarios adversos n°1 y n°2 se puede esperar una menor desaceleración o incluso un nivel similar al de 2018, siendo en las estimaciones de Synthesis del 41 y 47,6% respectivamente.

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"Una mayor devaluación y la asociada presión inflacionaria tienen como efecto una mayor caída del PBI a la esperada. Mientras el FMI espera una caída del 1,7% en 2019, en el escenario n°1 se espera una caída del 2,3%, mientras en el n°2, una del 2,8%", estiman.

De darse estos escenarios, Synthesis afirma que las proyecciones de la sustentabilidad de la deuda pública sobre el producto del FMI se verían afectadas, ya que la devaluación aumentaría el tamaño de la deuda, y su efecto contractivo disminuiría el tamaño del producto, aumentando el ratio tal como sucedió en 2018.

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