4 de marzo 2019 - 00:01

Un afroamericano logró el poder del mayor grupo neonazi de EE.UU. para disolverlo

El activista asumió la presidencia del Movimiento Socialista Nacional, una de las agrupaciones de ultraderecha más antiguas y convocantes del país. En 2016 logró otra hazaña: desactivar una célula del Ku Klux Klan (KKK).

ESTRATEGIA. James Stern contó que su activismo en contra de las organizaciones de ultraderecha surgió cuando conoció Edgar Ray Killen, el gran mestre del KKK, en prisión, y logró su confianza.
ESTRATEGIA. James Stern contó que su activismo en contra de las organizaciones de ultraderecha surgió cuando conoció Edgar Ray Killen, el "gran mestre" del KKK, en prisión, y logró su confianza.

Washington - Luego de engañar a los líderes del Movimiento Socialista Nacional (NSM), el activista afroamericano James Hart Stern logró el control de este emblemático grupo neonazi de Estados Unidos para desactivarlo por completo, tal como ya lo había hecho con una sede del Ku Klux Klan (KKK)

Jeff Schoep, el ahora excabecilla de la organización de extrema derecha, contó ayer que Stern lo “engañó” para quedarse con la grupo y “disolverlo”. “Me convenció de que para proteger a nuestro grupo del proceso judicial en el que estamos inmersos debía cederle la presidencia”, aseguró en un intento por justificarse ante sus seguidores, de acuerdo con un comunicado.

El Movimiento Socialista Nacional es una de las organizaciones “supremacistas” blancas que fueron denunciadas por la Universidad de Virginia por daños emocionales y económicos. El 12 de agosto de 2017 convocaron a una manifestación neonazi en Charlottesville, pero su camino se vio interrumpido por una contramarcha pacifista y antiracista. Tras ello, uno de los miembros del grupo extremista atropelló deliberadamente a la multitud que los repudiaba, entre la que se encontraba Heather Heyer, de 32 años, quien murió en el acto. Una veintena de personas resultó herida.

El caso se hizo conocido en todo el mundo porque días después el presidente estadounidense, Donald Trump, defendió a neonazis y supremacistas blancos e igualó las dos protestas -dijo que había “gente buena de los dos lados”, lo que le valió el repudio de aliados y rivales dentro y fuera de Estados Unidos.

El Movimiento Socialista Nacional fue creado con otro nombre en 1974 por dos exreferentes del Partido Nazi Estadounidense, recordó recientemente el Southern Poverty Law Center, que se dedica a relevar los casos de racismo y xenofobia en el país. Schoep asumió su presidencia en 1994, hasta que en una maniobra que sorprendió tanto a los estadounidenses como a sus propios seguidores le cedió el control a Stern, un hombre que está cerca de disolver por segunda vez un grupo racista.

“Hice algo difícil y peligroso. Soy un hombre negro y tomé control de un grupo neonazi. Fui más inteligente que ellos”, celebró Stern en diálogo con el diario The Washington Post.

Según contó, su primera medida fue presentarse ante la Justicia y declarar que el grupo neonazi es culpable de conspirar para cometer un acto de violencia en Charlottesville en 2017.

El próximo paso, aseguró, será transformar la página en internet del grupo, visitada por millones de supremacistas blancos dentro y fuera de Estados Unidos, en un sitio con lecciones de historia sobre el Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial a manos del régimen nazi y sus aliados europeos.

Aunque aún hay muchas partes de la historia de Stern que se desconocen, el activista afroestadounidense contó que todo comenzó cuando logró “hacerse amigo” del “gran maestre” de uno de las sedes más importantes del KKK, Edgar Ray Killen, cuando ambos compartieron celda en Mississippi. Stern había sido condenado por fraude y Killen, por el asesinato de tres jóvenes en 1964, el caso que relata la película Mississippi en llamas.

En su blog y sin dar demasiados detalles, Stern explicó que pese al racismo declarado de Killen, consiguió que le otorgara un poder legal sobre su historia personal y su propiedad, lo que le permitió cerrar esa sede del KKK en 2016. Además, Killen le presentó a Schoep, por entonces el presidente de un grupo neonazi en ascenso.

Agencia Télam, y Ámbito Financiero

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