4 de marzo 2019 - 00:01

Un oficio del siglo XXI: chaperonas de escenas sexys

En la era #MeToo, estudios de cine y TV han empezado a contratarlas por dos razones: en primer lugar, para evitarse ulteriores demandas judiciales, pero también para darle a tales tomas una credibilidad mínima.

Expertas. Claire Warden, coordinadora de Intimacy Directors
Expertas. Claire Warden, coordinadora de "Intimacy Directors"

Lejos han quedado los tiempos en que la filmación de una escena sexual en el cine quedaba recubierta por un halo de misterio erótico. Se dijo muchas veces, por ejemplo, que el director Bob Rafelson debió retirarse del set cuando rodaba la “escena de la cocina” de “El cartero llama dos veces” (1981), entre Jessica Lange y Jack Nicholson, porque ambos habían puesto tanto entusiasmo que no obedecían la orden de “¡Corte!” Algo parecido se dijo sobre lo ocurrido entre sus protagonistas en cierta escena de “La Mary”, de Daniel Tinayre.

Sin embargo, en la era post-Weinstein del #MeToo, los estudios de cine y las cadenas de TV contratan cada vez más asesores para filmar escenas de sexo, con el fin de evitar abusos, por un lado, pero también para obtener un resultado mínimamente creíble para el espectador. La actriz Emily Meade, por caso, antes de comenzar el año pasado la filmación de “The Deuce”, serie de HBO sobre el mundo del porno y la prostitución en los 70, exigió la presencia de un observador externo en el rodaje. HBO reclutó entonces a Alicia Rodis, primera “coordinadora de escenas íntimas”, algo inédito en un set. El concepto no es nuevo, y se utiliza en el teatro al menos desde 2000, pero era ignorado por Hollywood. El éxito fue instantáneo, al punto de que HBO decidió a fines de octubre contratar a un coordinador para todas sus series que contienen escenas de sexo.

Tras la serie de escándalos de acoso y agresión sexual se planteó la pregunta: “Sabemos lo que no debemos hacer, ¿pero entonces cómo lo hacemos?”, dice Claire Warden, coordinadora de Intimacy Directors International, la primera agencia especializada, de la cual Alicia Rodis es directora asociada. En un set, el coordinador, o en general la coordinadora, comienza por escuchar. Primero escucha a los actores y actrices, para conocer “sus límites”, explica Amanda Blumenthal, que trabaja en la serie “Euforia” de HBO. “Si una actriz me dice que no quiere mostrar el pecho me aseguro de que la manera en que la escena es rodada lo evite”, dice. Blumenthal ya trabajó con un actor que no quería que apareciese su pene, y apelaron al uso de uno falso. Luego hay que escuchar al director y al “showrunner”, que dan su visión de la escena, y volver a consultar a los actores. El “coordinador de escenas íntimas” es un técnico pero también un intermediario, un facilitador, para “enseñar a las personas cómo hablar sobre este tema”, explica Warden. “Las resistencias vienen muchas veces de personas que no comprenden por qué estoy ahí”, dice, “y piensan que los voy a censurar, reemplazar al director o impedirles que cuenten su historia. Pero nosotros estamos ahí para apoyar al director. Busco siempre respetar los deseos y los límites del actor cuando se filma la escena y se cuenta la historia”, precisa Blumenthal. Y que al rodar la escena de sexo, “lo que pase sea creíble y parezca verdadero”.

“Se requiere una mezcla bastante única de aptitudes y experiencia”, estima Warden. Algunas empresas han seguido los pasos de HBO y contratado coordinadores, como la cadena Showtime (grupo CBS) o Netflix para su nueva serie “Sex Education”, sobre los estudiantes y el sexo, pero el cambio tarda en llegar. “Se precisa tiempo para que la gente que ocupa puestos de poder comprenda por qué es importante”, considera Warden. “Pienso que de aquí a cinco o diez años esto se tornará en algo bastante estándar en la industria”, prevé Blumenthal. “Porque lo que está en juego va en la representación de la intimidad va más allá del set, afirma.

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