19 de abril 2016 - 00:00

Una nueva galería en Rosario

Alejandra Tavolini presenta en la galería Gabelich Contemporáneo sus feroces muñecos de peluche, animales maltratados que se han vuelto violentos.
Alejandra Tavolini presenta en la galería Gabelich Contemporáneo sus feroces muñecos de peluche, animales maltratados que se han vuelto violentos.
Gabelich Contemporáneo se llama la nueva galería de arte rosarina. El espacio abrirá sus puertas el sábado, en la calle Pueyrredón 611 con la muestra "Bienvenid*s". Gab Gabelich, artista, operadora cultural y galerista, tiene el ojo educado, supo descubrir y consolidar lazos con los artistas que hoy la acompañan: Manuel Ameztoy, Ernesto Arellano, Inés Beninca, Laura Echenique, Ana Gallardo, Paula Grazzini, Mauro Guzmán, Gastón Herrera, Florencia Laorden, Cecilia Lenardón, Gustavo Nieto, Luis Rodríguez, Bárbara Sandoz, Lila Siegrist, Alejandro Somaschini, Alejandra Tavolini y Diego Vergara.

Gabelich
es cofundadora del grupo Rozarte (1989-1997). Reunido bajo la consigna "sobrevivir y trascender", el colectivo es autor de numerosas acciones e intervenciones en la Argentina y el exterior. Sus obras integran la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO). En el año 2009 Gabelich generó, como directora de Cultura Pasajera, un momento de gloria en el Pasaje Pam y, luego, en 2013 coordinó las actividades artísticas de Espiria.

"La galería ocupa tres salas de una casita hermosa en un barrio que es una delicia", cuenta en la invitación. La ambición de Gabelich Contemporáneo no es poca: apunta a presentar un arte que refleje el espíritu de nuestros días y con un marcado perfil experimental, además de promover las producciones de artistas consagrados y estimular las de los emergentes. Gabelich asegura que en su galería se cruzarán los coleccionistas con los curadores y el público. Rosario es tierra de excelentes artistas aunque, para triunfar, se mudan a Buenos Aires o al extranjero. El nuevo emprendimiento tenderá redes para propiciar encuentros que movilicen la escena rosarina.

A.M.Q.

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