1 de mayo 2024 - 18:00

Día del Trabajador: qué dice la Biblia sobre el trabajo

Múltiples pasajes de la Biblia muestran la importancia que tenía para Dios, Jesús y sus Discípulos el trabajo.

 La Biblia tiene solo 5 traducciones en español que son confiables

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Desde las primeras páginas de la Biblia, el trabajo se presenta como un elemento intrínseco a la naturaleza humana y a la voluntad de Dios, con especial énfasis en el desarrollo del trabajo de las personas.

En el Génesis, observamos a Dios mismo creando el universo con dedicación y esmero, estableciendo un patrón de laboriosidad y propósito. A Adán y Eva, antes de su caída, se les encomienda la tarea de cuidar y cultivar el jardín del Edén, reflejando la importancia del trabajo para el desarrollo personal y la administración responsable de los recursos divinos.

ADAN Y EVA

Biblia: qué dice sobre el trabajo y sus beneficios

Desde el principio de los tiempos, en el libro de Génesis (1:1-15), la Biblia nos presenta el trabajo como un elemento intrínseco a la naturaleza de Dios. Él mismo trabajó durante seis días para crear el universo, descansando al séptimo. Esta acción divina establece un patrón de laboriosidad y propósito, revelando que el trabajo legítimo es un reflejo de la actividad creadora y ordenadora de Dios.

La bondad inherente de Dios se ve reflejada en la bondad del trabajo mismo (Salmo 25:8; Efesios 4:28). Cuando Dios observó Su obra al finalizar el sexto día, la declaró "muy buena" (Génesis 1:31). Esta evaluación divina nos enseña que el trabajo debe ser productivo y generar resultados de la más alta calidad. La recompensa por un trabajo bien hecho es el honor y la satisfacción de haber contribuido a algo valioso.

El Salmo 19 nos presenta la obra de Dios como una forma de revelación al mundo. La naturaleza misma, con su belleza y complejidad, nos habla de la existencia y grandeza del Creador. De la misma manera, nuestro trabajo revela aspectos de nuestro carácter, motivaciones, habilidades y valores.

Jesucristo reforzó este principio en Mateo 7:15-20, al comparar los árboles buenos y malos con sus respectivos frutos. Un árbol bueno produce frutos buenos, mientras que uno malo solo puede dar frutos malos. De igual manera, nuestro trabajo debe ser un reflejo de la bondad y excelencia que Dios espera de nosotros.

Isaías 43:7 nos recuerda que Dios creó al hombre para Su propia gloria. 1 Corintios 10:31 nos exhorta a que todo lo que hagamos sea para Su gloria. Glorificar a Dios significa dar una representación precisa de Su carácter. Por lo tanto, el trabajo del cristiano debe ser un reflejo de la justicia, fidelidad y excelencia de Dios en el mundo.

Al crear al hombre a Su imagen (Génesis 1:26-31), Dios le encomendó la tarea de colaborar con Él en el cuidado y desarrollo del mundo. Lo colocó en el jardín del Edén para cultivarlo y administrarlo (Génesis 2:8, 15). Además, Adán y Eva recibieron el mandato de sojuzgar la tierra.

Este mandato original de trabajo implicaba cultivar (fomentar el crecimiento y mejorarlo), mantener (preservar del fracaso o decaimiento), dominar (ejercer control y disciplina) y sojuzgar (administrar, asumir la responsabilidad y tomar decisiones). Estos principios se aplican a todas las vocaciones. Los líderes de la Reforma del siglo XV reconocieron cada profesión como un ministerio ante Dios. Cuando vemos nuestros trabajos como ministerios, los elevamos a un plano más alto y reconocemos el impacto que pueden tener para la gloria de Dios.

Qué significa soñar con Dios.webp

La caída del hombre en Génesis 3 trajo consigo un cambio en la naturaleza del trabajo. Como respuesta al pecado de Adán, Dios pronunció varios juicios en Génesis 3:17-19, siendo el más grave la muerte. Sin embargo, el trabajo y sus resultados siguen siendo centrales en estas maldiciones.

Dios maldijo la tierra, lo que significa que el trabajo se tornaría arduo y difícil. La idea de trabajar ahora implicaba esfuerzo, dificultad, agotamiento y lucha. A pesar de esto, el trabajo en sí no perdió su valor; simplemente, el hombre ahora debía realizarlo con "el sudor de su rostro".

De igual manera, los resultados del trabajo no siempre serían positivos. Aunque el hombre podía obtener alimento de la tierra, esta también produciría espinas y cardos. El esfuerzo y la dedicación no siempre garantizarían el resultado deseado o esperado por el trabajador.

A pesar de los desafíos introducidos por la caída, el trabajo sigue siendo un llamado divino y una oportunidad para reflejar la imagen de Dios en el mundo. Al realizar nuestro trabajo con excelencia, integridad y dedicación, podemos contribuir a la construcción de un mundo mejor y glorificar a nuestro Creador.

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