El cambio climático no solo amenaza nuestro planeta, sino también nuestra salud mental. La ansiedad climática, un término cada vez más común, describe la angustia y preocupación causada por la crisis climática.
Estos son los síntomas de las personas que sufren "ansiedad climática", según expertos de Harvard
Participar en actividades para combatir el cambio climático puede ayudarte a sentir que estás haciendo una diferencia.
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Pero, ¿qué es exactamente y cómo afecta nuestro día a día? Expertos de Harvard y otras instituciones revelan los síntomas y las consecuencias de esta creciente crisis psicológica.
Qué es la ansiedad climática, según Harvard
La ansiedad climática, o ecoansiedad, es la angustia y preocupación causada por los efectos del cambio climático. No es una enfermedad mental, sino una reacción natural ante la incertidumbre sobre el futuro y los peligros de un clima cambiante. Esta ansiedad se manifiesta en una amplia gama de emociones, desde tristeza y miedo hasta ira y culpa, y puede afectar significativamente nuestra calidad de vida.
Ansiedad climática: estos son los síntomas, según Harvard
Los síntomas de la ansiedad climática son variados y pueden manifestarse de diferentes formas en cada persona. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Alteraciones del sueño: Dificultad para conciliar el sueño, pesadillas recurrentes relacionadas con el clima.
- Problemas de concentración: Dificultad para concentrarse en tareas cotidianas o estudiar.
- Cambios en el apetito: Pérdida o aumento del apetito.
- Aislamiento social: Tendencia a evitar interacciones sociales debido a sentimientos de tristeza o desesperanza.
- Aumento de la irritabilidad: Mayor irritabilidad y dificultad para controlar las emociones.
- Dificultad para disfrutar de actividades placenteras: Pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas.
Estos síntomas pueden afectar significativamente la vida cotidiana y el bienestar general de las personas que los experimentan.
La ansiedad climática no solo afecta a los adultos, sino también a los niños y adolescentes, quienes pueden experimentar un mayor impacto en su desarrollo cognitivo y emocional. Estudios recientes han demostrado que los jóvenes son particularmente vulnerables a la ansiedad climática y que esto puede afectar su capacidad para estudiar, socializar y disfrutar de la vida.
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