En el corazón de México crece una fruta pequeña, aromática y amarilla que ha sido parte de la tradición culinaria y medicinal por generaciones y que hoy está volviéndose a incluirse en dietas.
La fruta mexicana rica en vitamina K que tu abuelita amaba y la ciencia ahora respalda
La fruta mexicana rica en vitamina K es clave para tus huesos y tu corazón, y su sabor la hace perfecta para incluir en tus dietas diarias.
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Hoy, expertos en nutrición y salud la están volviendo a poner en el mapa por una razón poderosa: su alto contenido de vitamina K, esencial para mantener la salud ósea y prevenir enfermedades cardiovasculares. Hablamos del nanche, también conocido como nance o nanchi, una joya de la alimentación natural que merece un lugar privilegiado en tu dieta.
Cuál es la fruta mexicana rica en vitamina K
El nanche (Byrsonima crassifolia) no es solo una fruta con historia: es una verdadera cápsula de nutrientes. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), esta fruta originaria de América Latina ha sido altamente valorada por su perfil nutricional, especialmente por su aportación de vitamina K. Este nutriente cumple un papel crucial en la coagulación sanguínea y en la fijación del calcio en los huesos, lo que ayuda a prevenir fracturas y afecciones como la osteoporosis.
Pero la vitamina K no es lo único que el nanche ofrece. El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) señala que su consumo regular también aporta fibra dietética, carbohidratos complejos y otras vitaminas esenciales como la C y la E. Esta combinación fortalece el sistema inmunológico, mejora la digestión y aporta antioxidantes clave para combatir el envejecimiento celular.
La riqueza del nanche no termina en su contenido vitamínico. Contiene compuestos fenólicos y carotenoides, dos tipos de antioxidantes naturales que ayudan a neutralizar los radicales libres, responsables del deterioro celular. Además, es una fuente importante de minerales como calcio, fósforo, hierro y magnesio, todos aliados de la salud metabólica y neuromuscular.
Uno de los grandes atractivos del nanche es su versatilidad en la cocina. Puede comerse fresco, en conserva, en forma de dulces tradicionales, como parte de jugos o incluso fermentado en bebidas artesanales como el vino de nanche. Su sabor entre ácido y dulce lo hace ideal para experimentar con preparaciones tanto dulces como saladas.
Más allá de su uso gastronómico, el nanche tiene una sólida presencia en la medicina tradicional mexicana. Las infusiones hechas con su corteza o con la fruta seca se emplean para aliviar trastornos digestivos, combatir la fiebre o tratar infecciones cutáneas. Sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para apoyar al sistema digestivo lo han convertido en un remedio natural utilizado por generaciones.
Su bajo contenido en grasas y su aporte energético lo hacen ideal para quienes buscan una alimentación equilibrada basada en productos frescos, locales y con respaldo científico. En tiempos en que muchos optan por suplementos artificiales para cubrir sus necesidades nutricionales, el nanche se presenta como una opción natural, efectiva y deliciosa.
Incluir esta fruta mexicana rica en vitamina K en la alimentación diaria no solo conecta con las raíces culturales del país, sino que también representa una apuesta consciente por la salud preventiva y el bienestar integral.
¿La mejor parte? El nanche crece en varias regiones del país, por lo que puedes conseguirlo en mercados locales, especialmente durante su temporada. Un tesoro mexicano que, más allá de su sabor, es una medicina natural disfrazada de antojo.
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