Si pensabas que la era de los licuados verdes había terminado junto con los skinny jeans, es momento de reconsiderarlo. Aquella ola de bienestar que puso un vaso verde en la mano de cada celebridad hace una década no fue una moda pasajera, sino el inicio de una revolución silenciosa en nuestras cocinas. Y aunque hoy competidores como el colágeno y la proteína en polvo acaparan los reflectores, el poder de mezclar hojas verdes, frutas y superalimentos sigue más vigente que nunca. Es un ritual de salud que, como los buenos clásicos, siempre vuelve.
Licuar frutas y verduras verdes todos los días puede transformar tu salud
Las dietas con licuados verdes aportan vitaminas, minerales y antioxidantes que mejoran el bienestar y fortalecen tu sistema inmunológico a diario.
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Licuados verdes: por qué incluirlos todos los días transforma tu salud
Pero, ¿por qué tanto alboroto por un poco de "pasto" licuado? La respuesta va mucho más allá de una simple foto para Instagram. Se trata de un gesto de amor propio, una forma simple y directa de nutrir tu cuerpo a nivel celular.
Dietas: el poder de los licuados verdes más allá de la comida
Cuando hablamos de "desintoxicación", nuestra mente vuela a jugos carísimos y dietas extremas. Sin embargo, el concepto es mucho más profundo. Carla Quijano, Health Coach certificada y co-fundadora del proyecto De la Tierra, explica que las toxinas no solo están en los alimentos ultraprocesados o en los pesticidas que rocían nuestros vegetales. También las encontramos en el estrés, los pensamientos negativos y las emociones que no gestionamos.
Adoptar el hábito de un licuado verde diario es, en esencia, darle a tu cuerpo las herramientas para combatir esa carga tóxica. Es un verdadero escudo líquido que fortalece tu sistema inmune, te hidrata a profundidad y, lo más importante, ayuda a alcalinizar la sangre. Imagínalo así: una sangre menos ácida es más fluida y eficiente para transportar oxígeno y nutrientes. ¿El resultado? Más energía, una piel más luminosa y una sensación general de vitalidad.
Cómo hacer el licuado verde perfecto
Olvídate de las recetas complicadas. Crear el licuado verde ideal es más una fórmula que una ciencia exacta. La clave está en el balance. Según los expertos de De la Tierra, esta es la estructura que no falla:
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La Base Hidratante: Comienza con vegetales ricos en agua. El pepino y el apio son los reyes indiscutibles. Aportan hidratación y minerales sin sobrecargar de sabor.
El Corazón Verde: Aquí es donde entra la magia. Espinacas, kale (col rizada), acelgas, cilantro... ¡Lo que tengas a la mano! No solo evitas el desperdicio de comida, sino que llenas tu vaso de vitaminas, antioxidantes y fitonutrientes.
El Toque Dulce (y Ácido): Para equilibrar el sabor terroso de las hojas, añade una sola pieza de fruta baja en azúcar. Una manzana verde o un kiwi son opciones espectaculares. Y el ingrediente que nunca puede faltar: el jugo de un limón. Agrégalo al principio para evitar que tu licuado se oxide rápidamente.
El Súper Poder: Dale un boost a tu bebida con un trozo de jengibre. Sus propiedades antiinflamatorias son legendarias y aporta un toque picante delicioso que despierta los sentidos.
Ya tienes tu licuado listo, pero espera un segundo. Para exprimir al máximo sus beneficios, hay un par de trucos. Primero, bébelo inmediatamente después de prepararlo. Con cada minuto que pasa, la oxidación le roba nutrientes valiosos.
Sírvelo en un vaso de vidrio y tómalo despacio, casi masticándolo. Al ensalivar cada sorbo, permites que las enzimas de tu boca comiencen el proceso de digestión, facilitando la absorción de todo lo bueno. Y un último consejo: evita tomarlo helado. Las bebidas muy frías pueden "pasmar" tu sistema digestivo, haciendo su trabajo más difícil.
Integrar un licuado verde a tu rutina diaria no es una tendencia, es una declaración de intenciones. Es decirle a tu cuerpo que te importa, que estás invirtiendo en tu energía y en tu salud a largo plazo, un sorbo a la vez.
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