Harvard, una de las instituciones más prestigiosas del mundo, ha sido pionera en múltiples áreas del conocimiento, destacándose por sus estudios innovadores en psicología, neurociencia y relaciones humanas. A lo largo de los años, la Universidad de Harvard ha realizado investigaciones que han cambiado la forma en que entendemos el comportamiento humano y las emociones. En esta ocasión, un grupo de expertos de su Escuela de Medicina ha puesto el foco en el amor romántico, esa poderosa emoción que trasciende culturas y épocas.
No es el corazón: ¿dónde se activa el amor romántico según Harvard?
Si bien la fuerza del amor¿ golpea nuestro pecho muchas veces, un estudio de la universidad estadounidense reveló en qué parte de nuestro cuerpo se activa.
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El estudio "Love and the Brain", dirigido por los profesores y terapeutas Richard Schwartz y Jacqueline Olds, ofrece una mirada profunda sobre cómo el amor romántico no solo se siente en el corazón, como se ha creído tradicionalmente, sino que se activa en zonas específicas de otro órgano. Este trabajo no solo explora las respuestas físicas que el amor provoca, sino que también analiza cuánto tiempo dura realmente esa intensa fase de enamoramiento, proporcionando valiosas claves sobre la química cerebral detrás del romance.
Este tipo de investigaciones forman parte de una larga tradición en Harvard, donde se han desarrollado estudios que van desde la biología del comportamiento hasta la neurociencia afectiva. A través de décadas de investigación, Harvard ha consolidado su reputación como un líder mundial en el estudio de las emociones humanas, permitiendo a millones de personas comprender mejor sus propios sentimientos y relaciones.
Dónde se activa el amor romántico en nuestro cuerpo según Harvard
A diferencia de la idea popular de que el amor se "siente" principalmente en el corazón, el estudio de Harvard revela que este sentimiento profundo tiene su origen en el cerebro. Utilizando tecnología avanzada de imágenes cerebrales, los investigadores encontraron que el amor romántico activa áreas específicas del cerebro asociadas con el sistema de recompensa. Estas áreas se iluminan en las exploraciones cerebrales cuando una persona piensa en su ser querido, indicando que el amor es una forma de recompensa neuroquímica que induce sentimientos de placer y bienestar.
El estudio destaca que las respuestas emocionales al amor, como un corazón acelerado, manos sudorosas y mejillas ruborizadas, son en realidad efectos secundarios de la activación del circuito de recompensa cerebral. La dopamina, una de las hormonas clave en este proceso, es responsable de generar sensaciones de placer intenso y satisfacción, lo que hace que el amor pueda sentirse tan absorbente y, a veces, incluso adictivo. Este hallazgo cambia la forma en que entendemos las manifestaciones físicas del amor, mostrándonos que son reflejos de procesos cerebrales profundos.
Cuánto dura el enamoramiento según Harvard
Según los resultados obtenidos por los científicos de Harvard, la fase de enamoramiento, caracterizada por una intensa emoción y atracción, generalmente tiene una duración aproximada de un año. Durante esta etapa, el cerebro experimenta un aumento significativo en los niveles de ciertas hormonas, como el cortisol, que eleva el estrés, y una disminución en la serotonina, lo que contribuye a esa sensación de "montaña rusa" emocional que muchos asocian con el primer amor.
Con el tiempo, sin embargo, estas reacciones químicas en el cerebro comienzan a estabilizarse. A medida que la relación avanza y la pareja se conoce mejor, la intensidad inicial del enamoramiento tiende a disminuir. El estudio sugiere que, aunque la pasión y la atracción pueden suavizarse, si la relación se basa en valores compartidos y un compromiso genuino, el amor puede evolucionar hacia una forma más profunda y estable de conexión emocional. Esta transición es fundamental para mantener relaciones saludables y satisfactorias a largo plazo, transformando el amor inicial en un amortiguador contra el estrés y un apoyo constante en la vida diaria.
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