7 de septiembre 2024 - 19:00

¿Tienen relación el cáncer y los teléfonos celulares?: la ciencia lo explica tras años de investigación

La ciencia lo hizo de nuevo: checa aquí los sorprendentes resultados que revelan si existe relación entre la enfermedad y el dispositivo electrónico.

Checa cuál es la relación entre el cáncer y el uso del celular: la ciencia lo explica. 

Checa cuál es la relación entre el cáncer y el uso del celular: la ciencia lo explica. 

Tras décadas de investigación, un grupo internacional de científicos ha publicado un estudio recientemente que aclara las dudas sobre el posible vínculo entre el uso de teléfonos móviles y el cáncer. Desde 2011, cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó las radiaciones de los móviles como “posiblemente cancerígenas”, ha existido preocupación entre los usuarios. Sin embargo, el reciente estudio presenta una revisión exhaustiva y actualizada que reevalúa esa asociación.

La investigación, que analiza tres décadas de estudios epidemiológicos, representa la revisión más completa sobre el tema hasta la fecha. Los científicos han recopilado datos de millones de usuarios a nivel mundial, destacando que no hay pruebas contundentes que vinculen el uso cotidiano de celulares con un mayor riesgo de cáncer.

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Ciencia: ¿Los celulares pueden generar cáncer?

En 2011, la declaración de la IARC sobre las radiaciones emitidas por los teléfonos móviles desató una ola de preocupación global. La clasificación como “posiblemente cancerígenas” (grupo 2B) incluía estos dispositivos en una lista junto con sustancias como el café o el aspartamo, lo que sembró dudas en la sociedad. Sin embargo, desde entonces, la ciencia ha avanzado significativamente. Las investigaciones han crecido en cantidad y calidad, lo que permite ahora tener una visión más clara sobre los efectos reales del uso prolongado de los móviles en la salud humana.

El equipo de científicos que lideró la nueva investigación se enfocó en revisar estudios epidemiológicos de diferentes partes del mundo, analizando tanto los primeros reportes de los años 90 como los más recientes, que incorporan datos de tecnologías más avanzadas como el 5G. Se evaluaron aspectos clave, como la duración del uso, la frecuencia de llamadas y la proximidad a las antenas de telefonía móvil, para determinar si alguno de estos factores influía en el desarrollo de cánceres específicos, como el glioma, el meningioma o el neuroma acústico.

A pesar de la exhaustividad del análisis, los investigadores no encontraron evidencia que sugiera un vínculo sólido entre el uso de móviles y un aumento en los casos de cáncer cerebral. Incluso en los estudios que reportaban asociaciones, los resultados eran inconsistentes o no alcanzaban el nivel de significancia estadística requerido para establecer una relación causal. De hecho, algunos estudios recientes han mostrado una ligera disminución en la incidencia de ciertos tipos de cáncer cerebral, lo que refuerza la idea de que otros factores, como la mejora en los diagnósticos, podrían estar influyendo en la percepción de riesgo.

Además, se evaluaron otros tipos de cáncer menos comunes, como los tumores en las glándulas salivales o en el sistema endocrino, sin encontrar ninguna relación clara con la exposición a las radiaciones de los móviles. Este análisis exhaustivo no solo tiene implicaciones para los usuarios de móviles, sino también para quienes viven cerca de estaciones base y antenas de telecomunicaciones, ya que no se detectaron aumentos en los riesgos de cáncer para estas poblaciones.

Este reciente estudio, encabezado por el doctor Ken Karipidis, investigador principal de la Agencia Australiana de Protección contra la Radiación y Seguridad Nuclear (ARPANSA), fue publicado en la prestigiosa revista Environmental Research. La revisión se centró en analizar los resultados de 63 estudios epidemiológicos realizados en más de 22 países, abarcando un periodo de 30 años de investigación sobre el posible vínculo entre el uso de móviles y el cáncer.

En resumen, los últimos descubrimientos proporcionan una base sólida para desmentir el mito de que los teléfonos móviles podrían ser una fuente importante de riesgo cancerígeno. Aunque las investigaciones científicas continuarán, esta nueva revisión ofrece un respaldo a las normativas actuales que regulan la exposición a radiaciones no ionizantes y fortalece la confianza en la seguridad de su uso a largo plazo.

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