16 de junio 2025 - 18:00

Así se vería Texas si todavía fuera parte de México, según Inteligencia Artificial

Checa cómo es que se vería el estado de Texas si aún fuera parte del territorio mexicano, según afirma la IA.

Vista de la localidad de Austin, en Texas.

Vista de la localidad de Austin, en Texas.

La historia de Texas está profundamente ligada a la de México. Antes de convertirse en un estado más de Estados Unidos, el territorio formaba parte del país latinoamericano bajo el nombre de "Coahuila y Tejas". Sin embargo, tras su independencia en 1836 y posterior anexión a EE. UU., su evolución política, cultural y económica tomó un rumbo completamente distinto. ¿Pero qué pasaría si eso nunca hubiera ocurrido?

Hoy, gracias a las herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial, es posible imaginar escenarios alternativos que despiertan la curiosidad histórica y cultural. La plataforma Grok, desarrollada por xAI, la empresa de Elon Musk, se propuso recrear cómo sería Texas en pleno 2025 si siguiera siendo un estado mexicano.

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El resultado es fascinante: una versión alternativa del “estado de la estrella solitaria” en la que predominan el español, la cultura mexicana y una conexión profunda con las raíces latinas. A continuación, te contamos qué aspectos cambiarían según esta visión generada por IA.

Cómo sería el Estado de Texas si aún fuera parte de México

Según Grok, si Texas aún formara parte de México, su idioma oficial sería el español, y gran parte de su identidad cultural estaría profundamente influenciada por las tradiciones mexicanas. En lugar de una fuerte impronta anglosajona, las festividades como el Día de Muertos, la gastronomía regional —incluyendo tamales, mole y tacos— y las celebraciones patrias tendrían una presencia destacada en la vida cotidiana.

La religión predominante sería el catolicismo, con iglesias coloniales aún en pie y prácticas religiosas tradicionales mexicanas más arraigadas. La población tendría un perfil más hispano, aunque es posible que aún existieran comunidades angloparlantes, especialmente en las zonas fronterizas con Estados Unidos.

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En términos económicos, Texas seguiría siendo una región clave, con abundancia de recursos naturales y gran importancia agrícola y energética. Sin embargo, su desarrollo tecnológico sería distinto: por ejemplo, Houston no sería sede de un centro espacial como la NASA, y Austin no sería el polo tecnológico que es hoy. La economía estaría más ligada al modelo mexicano, con mayor peso en la industria manufacturera, la agricultura y el comercio regional.

A nivel geopolítico, la frontera de México cambiaría drásticamente, limitando directamente con los estados de Oklahoma, Arkansas y Luisiana. Esto modificaría también la dinámica migratoria y comercial entre ambos países, así como la influencia política de México en la región.

Grok también afirma que, aunque Texas sería una de las entidades más poderosas de México, enfrentaría desafíos diferentes a los actuales, como un sistema político distinto, posibles conflictos por recursos, y una estructura de seguridad menos robusta que la estadounidense.

En resumen, Texas sería un estado con fuerte peso político y económico dentro de México, pero con una identidad cultural más mexicana, menos urbanización extrema y un tejido social profundamente influido por sus raíces indígenas y coloniales. Las ciudades tendrían otra fisonomía, más parecida a Guadalajara o Monterrey, y la vida cotidiana giraría en torno a costumbres y valores mexicanos.

Esta proyección generada por inteligencia artificial no solo alimenta la imaginación, sino que también invita a reflexionar sobre el impacto de la historia y las decisiones políticas en el destino de las naciones.

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