El año 2032 podría marcar un punto de quiebre para la humanidad, según las predicciones del analista económico y desarrollador de inteligencia artificial Martin Armstrong. Su sistema de Inteligencia Artificial, llamado Sócrates, no solo anticipó crisis como la caída inmobiliaria japonesa o el colapso financiero de Rusia, sino que ahora proyecta un futuro aún más turbulento: el fin de los gobiernos republicanos y el posible estallido de una guerra global.
Estados Unidos arrastraría al mundo a un nueva guerra global en 2032, según sofisticada Inteligencia Artificial
Predicciones de "Sócrates", una novedosa IA, advierte sobre guerras, colapso político y cambios radicales para dentro de siete años.
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Presagio de guerra y colapso global: las predicciones de Martin Armstrong rumbo a 2032, el año del cambio total
Armstrong, conocido como “el súper pronosticador”, sostiene que la guerra en Ucrania es solo el preludio de un conflicto bélico de mayor escala, cuyas consecuencias reconfigurarán el orden político mundial. Esta visión se basa en un sistema algorítmico que analiza millones de datos globales en tiempo real y detecta patrones cíclicos de comportamiento económico y geopolítico.
Lo que diferencia a Armstrong de otros analistas es que sus afirmaciones están respaldadas por su modelo matemático, que lleva más de cuatro décadas recolectando datos y anticipando tendencias. Para él, la historia no es una sucesión aleatoria de eventos, sino una secuencia repetitiva de ciclos inevitables.
Predicciones: ¿una nueva guerra mundial en puerta?
Según el análisis de Sócrates, la guerra en Ucrania no solo está lejos de terminar, sino que se encamina a convertirse en el punto de ignición de la Tercera Guerra Mundial. Armstrong asegura que hay señales claras en los movimientos de capital internacional que indican que el conflicto se expandirá. “Siempre hay flujos de capital reveladores antes de una gran guerra. Y ahora se están moviendo de forma muy significativa”, explicó.
A esto se suma un hecho que refuerza su teoría: Corea del Norte, uno de los principales aliados de Rusia, ya ha prometido apoyo a Moscú en forma de recursos y posibles tropas, con una inversión estimada de 115 millones de dólares anuales en la región de Donetsk. Para Armstrong, esto abre la posibilidad de que Occidente reaccione con un despliegue militar en la misma zona, replicando la justificación humanitaria.
En su visión, 2025 será un año clave para la escalada del conflicto, y para 2027 se alcanzará un punto crítico que podría ser irreversible. Según sus datos, el epicentro será nuevamente Crimea, región históricamente disputada y escenario de múltiples guerras. “Todas las piezas están en su lugar”, afirma Armstrong.
Las predicciones que hablan del fin de las repúblicas: ¿qué ocurrirá en 2032?
El sistema de Armstrong también proyecta un colapso del modelo republicano hacia el año 2032. Basado en un patrón de ciclos históricos de 300 años, sostiene que las formas de gobierno tienden a transformarse radicalmente en momentos de crisis estructural. La última gran transformación ocurrió con el fin de las monarquías absolutas; ahora, asegura, le tocará el turno a las repúblicas modernas.
No se trataría necesariamente del surgimiento de una dictadura, sino de una transición hacia modelos más directos de participación, donde las decisiones políticas se tomen en función de consultas ciudadanas permanentes, sin necesidad de intermediarios institucionales tradicionales. Esta “democracia directa”, según Armstrong, podría surgir como respuesta al desgaste institucional, la polarización y la corrupción sistémica.
“Todos los sistemas políticos mueren por suicidio económico”, afirma. Para él, el llamado Gran Reinicio impulsado por el Foro Económico Mundial y el FMI es parte del proceso de transformación, aunque lo considera condenado al fracaso debido a su falta de legitimidad popular.
Armstrong no oculta su preocupación por la profunda división ideológica en Estados Unidos, a la que compara con los últimos días de regímenes que colapsan desde adentro. Cita a Abraham Lincoln al advertir que un país dividido no puede sobrevivir. Asegura que la polarización en EE. UU. ha alcanzado niveles inéditos, donde los debates se centran más en el odio al opositor que en propuestas concretas.
Incluso afirma que figuras como Donald Trump o Robert F. Kennedy Jr. podrían representar obstáculos a los planes bélicos del establishment, razón por la cual, sostiene, son blanco de constantes ataques políticos. “Si Trump gana, se terminaría la financiación para Ucrania, y eso aterroriza a muchos”, sentencia.
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