La sequía en Uruguay ha resultado bastante más grave de los previsto inicialmente, cuando se hicieron las primeras estimaciones de pérdidas. Si bien es difícil establecer cuantitativamente los perjuicios, se coincide –a nivel productivo y político– que el daño es mayúsculo, como no se ha visto en décadas, y la cosecha de soja no es ajena a estos problemas.
Alarma en el campo: la cosecha de soja será de apenas un tercio de lo esperado
Se cultivaron 1 millón de hectáreas y el rendimiento en un año normal suele ser de hasta 2,8 toneladas por hectárea, pero la sequía empeoró los resultados.
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Algunas multinacionales estiman una cosecha de alreedor e 800.000 toneladas de soja en Uruguay.
Aunque se ven fuertes consecuencias en el sector ganadero por el déficit hídrico, seguramente el impacto más profundo se da en la agricultura.
Solo se cosechará 1 millón de toneladas, la tercera parte de la soja cultivada
De acuerdo a empresarios agrícolas y empresas originadoras consultadas por Ámbito.com, la caída de la cosecha de soja uruguaya este año será muy fuerte, porque la sequía no solo achicó seriamente los rendimientos sino porque, sencillamente, habrá un área muy importante que directamente no se cosechará.
De acuerdo a estimaciones preliminares de distintos técnicos y productores, considerando la pérdida de área y los bajísimos rendimientos, la cosecha de soja difícilmente supere el millón de toneladas. Dado que Uruguay ha estado plantando algo más de un millón de hectáreas, con un rinde medio esperable (en año normal) de entre 2,5 y 2,8 ton/ha. De manera que una cosecha “normal” esperable, sería de 3 millones de toneladas. Este año, no se llegará ni a la tercera parte de ese volumen.
Más aún: algunas de las principales multinacionales que operan en Uruguay originando y comercializando granos realizan proyecciones preliminares que ubican el máximo estimado en solo 800.000 toneladas.
La cosecha de maíz también está en alerta
Al fracaso (quiebre) de la cosecha sojera hay que sumar el impacto en el maíz, de dimensión similar: buena parte del área se ha “picado” (para ensilar), sin cosechar el grano. Otra parte del área directamente se ha perdido.
Según las fuentes consultadas, revertir esta crisis demorará más de un año. Los productores buscarán recuperarse plantando cultivos de invierno y –si el tiempo acompaña– recién en la próxima cosecha de verano (2024) podría vislumbrarse un panorama mejor. Pero para concretar eso, hace falta financiamiento. Las empresas, en el escenario previo a la seca, venían de buenas cosechas y estaban robustas, lo mismo que los proveedores de insumos. Habrá que ver si esa fortaleza es suficiente para superar este trance.
Aumento de precios y menor calidad en el sector ganadero
En ganadería, la faena muestra una clara escasez de ganado preparado, aunque se mantiene actividad con ganados no terminados, y un par de plantas dejarán de faena en los próximos días, anticipando licencias y paradas ante la situación climática.
En el sector granjero, el impacto ya comienza a verse en ferias y supermercados, por el aumento de precios y la menor calidad de los productos. Los tambos están cada vez más complicados para sostener la remisión.
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