Fernando Valenzuela, el ídolo del béisbol que rompió fronteras y conquistó corazones tanto en México como en Estados Unidos, no solo dejó un legado deportivo imborrable: también consolidó un patrimonio digno de las más grandes estrellas. Una de las joyas más representativas de su éxito fue su lujosa mansión en Los Ángeles, una propiedad que refleja su ascenso de Etchohuaquila, Sonora, al estrellato internacional.
Así era la mansión de Fernando Valenzuela: lujo, historia y orgullo mexicano en Los Ángeles
El legendario Fernando Valenzuela forma parte del selecto grupo de millonarios con una mansión que honra su herencia y éxito en CDMX y EE.UU.
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Tras su fallecimiento a los 63 años, los reflectores se posaron sobre su hogar en California. La casa, más que una residencia, es un símbolo de esfuerzo, talento y orgullo mexicano.
Así es la mansión de Fernando Valenzuela: un oasis en Los Feliz
Ubicada en el exclusivo barrio de Los Feliz, al este de Hollywood, la propiedad fue adquirida por Valenzuela por aproximadamente 5.2 millones de dólares. Su arquitectura de estilo español, con detalles clásicos y espacios abiertos, encarna el espíritu de elegancia y tradición que caracterizó al beisbolista.
Construida originalmente en 1915 y renovada en 1965, la casa cuenta con 617 metros cuadrados de construcción asentados sobre un terreno de más de 1,700 metros cuadrados. En su interior, se distribuyen seis dormitorios y seis baños, ofreciendo un ambiente cómodo y espacioso para toda la familia Valenzuela.
Además, posee una piscina privada, áreas ajardinadas y varias salas de estar diseñadas para la convivencia familiar, lejos del bullicio de la fama y el deporte profesional. El espacio se pensó para ofrecer privacidad sin renunciar al confort ni al buen gusto.
Fernando Valenzuela no solo fue un fenómeno deportivo; también logró construir una vida llena de estabilidad, logros personales y riqueza. Su mansión en Los Ángeles se convirtió en una extensión de su carácter: reservada, cálida y profundamente ligada a sus raíces mexicanas.
Pese a haber vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos, nunca dejó de mantener un fuerte lazo con Etchohuaquila, su tierra natal en Sonora, donde también tenía una propiedad. Su éxito fue siempre compartido con su comunidad y su familia, alejándose del glamour superficial y apostando por un estilo de vida genuino y conectado con sus orígenes.
La familia Valenzuela y su legado en Los Ángeles
Fernando estaba casado desde 1981 con Linda Valenzuela, con quien tuvo cuatro hijos: Fernando Jr., Linda, Ricardo y María Fernanda. Siempre mantuvo su vida privada alejada de los escándalos, centrado en su familia y en la educación de sus hijos.
La mansión fue testigo de celebraciones, logros, navidades y momentos cotidianos que marcaron la historia de una familia unida y discreta. Es precisamente esa intimidad la que hizo de esta casa un verdadero hogar, más allá de su valor inmobiliario.
La residencia de Valenzuela es un recordatorio tangible de lo que representa alcanzar el "sueño americano" sin perder la identidad mexicana. En cada rincón se percibe la historia de un hombre que rompió barreras, llenó estadios y llevó el nombre de México en alto, incluso en uno de los deportes más competitivos del mundo.
Así como su carrera se convirtió en leyenda, su mansión en Los Ángeles también permanecerá como parte del legado de uno de los mexicanos más influyentes del deporte, ícono entre íconos, y ejemplo de que la perseverancia sí abre puertas… incluso las más lujosas.
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