Los millonarios mexicanos no siempre nacen entre lujos. Algunos, como Miguel Quintana Pali, han construido su fortuna desde cero, arriesgando todo por una idea que pocos habrían considerado viable. Quintana, un arquitecto de formación y comerciante por necesidad, es hoy uno de los empresarios más influyentes en el sector del entretenimiento y turismo en México.
El arquitecto de CDMX que vendió muebles y utilizó el dinero para crear un imperio de entrenimiento en Quintana Roo
El arquitecto Miguel Quintana Pali vendió muebles en CDMX y fundó un emporio turístico en Quintana Roo. Hoy es uno de los millonarios más influyentes del país.
-
Nació en Toluca, es ingeniero egresado de la Anáhuac y potenció la fortuna familiar gracias a las apuestas
-
De cuánto es la fortuna de Carín León en 2025, el cantante que se convirtió en millonario con el regional mexicano

Su historia no inicia en grandes oficinas ni con herencias generosas, sino entre tiendas de decoración y muebles en la Ciudad de México. Lo que comenzó como un negocio impulsado por préstamos modestos terminó financiando un sueño mucho más ambicioso en la costa del Caribe mexicano. La transición no fue inmediata, pero sí profundamente transformadora.
Hoy, después de más de 30 años de operación, los parques temáticos que fundó en la Riviera Maya —como Xcaret, Xel-Há o Xplor— se han convertido en símbolos del turismo sustentable y cultural en el país. Su trayectoria revela no solo una visión empresarial audaz, sino también una profunda conexión con el entorno natural y el patrimonio cultural de México.
La historia de Miguel Quintana Pali, el dueño de Xcaret
Miguel Quintana Pali es arquitecto de profesión, pero su espíritu emprendedor lo llevó desde muy joven a incursionar en el comercio. Inició vendiendo artículos decorativos y muebles en la Ciudad de México, donde llegó a tener varias tiendas. Sin embargo, un viaje a Quintana Roo transformó el rumbo de su vida. Compró cinco hectáreas en lo que hoy conocemos como Rancho Xcaret, originalmente con la intención de construir una casa de campo.
Esa idea cambió cuando reconoció el potencial turístico de la región. En lugar de una casa, decidió crear un parque que integrara la naturaleza, la historia y la cultura de México. Así nació Xcaret en 1989, un parque ecoarqueológico que con el tiempo se convirtió en la piedra angular de un imperio turístico. Pero cinco hectáreas no eran suficientes. Para ampliar su visión, negoció la anexión de 60 hectáreas más y sumó a tres socios fundamentales: los hermanos Óscar, Marcos y Carlos Constandse.
“La transición a parquero fue un proceso de varios años”, ha señalado Quintana. No dejó sus tiendas hasta que el parque empezó a funcionar de manera independiente. El cambio fue total: de comerciante en la capital, a desarrollador turístico en el Caribe. Fue un riesgo calculado, pero también una apuesta por un estilo de vida completamente diferente.
El éxito de Xcaret permitió a Quintana replicar el modelo en nuevos proyectos. Con el tiempo surgieron otros parques como Xel-Há, Xplor, Xenses, Xavage, Xoximilco y próximamente Xibalbá, enfocado en los cenotes de Yucatán. Cada nuevo parque nació como respuesta a una necesidad turística puntual y como parte de una estrategia de expansión gradual y sustentable.
La historia detrás de sus inicios empresariales también es reveladora. “Yo era profesionista, no comerciante. El día que decidí hacer mis tiendas, comencé desde cero con un préstamo”, relata. Esa misma lógica aplicó a los parques: primero validó el modelo con Xcaret y luego, con los ingresos y la experiencia acumulada, apostó por una expansión controlada.
Pero su visión no se limitó a parques. Quintana y sus socios entendieron que el turismo moderno busca experiencias integrales. Por ello, crearon el concepto “All-Fun Inclusive”, una modalidad hotelera que ofrece hospedaje combinado con acceso ilimitado a sus parques. El primer hotel de este tipo fue el Hotel Xcaret México, que hoy es un referente en turismo de lujo con enfoque ecológico.
El compromiso con la sostenibilidad y la protección de sus instalaciones también es notable. Hace siete años, el grupo creó un fideicomiso que destina entre 13% y 18% de los ingresos anuales al mantenimiento de los parques, especialmente en caso de desastres naturales. “Primero se arregla la desgracia antes de repartir utilidades. Los parques están por delante de todo”, afirma Quintana.
Actualmente, Grupo Xcaret sigue expandiéndose. Además del parque Xibalbá en Yucatán, se planean nuevas aperturas para responder al creciente flujo de visitantes. Según el empresario, una cuarta parte de sus turistas regresan por segunda o tercera vez, lo que refleja un alto nivel de satisfacción y fidelidad.
Para Quintana, invertir en México sigue siendo una apuesta segura, especialmente en el sector turístico. Asegura que el país tiene todo para consolidarse como líder mundial en entretenimiento cultural y natural. Su legado, más allá de los parques y hoteles, es una lección sobre cómo la visión, el riesgo y la conexión con la identidad pueden convertirse en motores de riqueza y transformación.
- Temas
- Millonarios
Dejá tu comentario