Un accidente fatal en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México (CDMX) conmocionó a los vecinos y servicios de emergencia este jueves 25 de diciembre de 2025, día de la Navidad-. Un taxista perdió la vida tras impactar su vehículo en la calzada San Antonio Abad, pero lo que parecía un siniestro vial más, tomó un tinte dramático por el comportamiento previo del conductor, quien minutos antes pedía auxilio desesperado ante una amenaza invisible.
Taxista muere en CDMX esta Navidad 2025 por culpa del Síndrome de Ekbom: qué es y cuáles son las señales de alerta
Una tragedia en la Calzada San Antonio Abad revela los peligros de un trastorno psiquiátrico silencioso. Testigos afirman que el taxista gritaba tener "animales en el cuerpo" antes de perder el control y volcar su unidad.
-
Día ideal en la CDMX y Edomex: el pronóstico del tiempo para este viernes 26 de diciembre 2025
-
Clara Brugada confirma visitas presenciales en CDMX para detectar irregularidades: de qué se trata
Qué es el Síndrome de Ekbom.
Según reportes de testigos y ciclistas que transitaban por la zona de Pino Suárez, el hombre detuvo su marcha momentos antes del choque, descendió de la unidad y comenzó a golpearse y tocarse el cuerpo frenéticamente, gritando que "sentía animales en su cuerpo".
Preso de la desesperación, volvió al volante, aceleró y terminó impactándose contra una luminaria, rebotando contra una palmera y volcando el vehículo. Aunque los paramédicos lograron rescatar con vida a un perrito que viajaba en el taxi, el conductor falleció en el lugar.
¿Qué es el Síndrome de Ekbom?
El comportamiento errático descrito por los testigos coincide clínicamente con el Síndrome de Ekbom o delirio de parasitosis. Se trata de un trastorno psiquiátrico poco común, pero devastador, donde el paciente tiene la convicción absoluta de estar infestado por parásitos, insectos o gusanos, a pesar de que no existe ninguna evidencia médica ni dermatológica.
Un estudio reciente (febrero 2024), publicado en el International Journal of Molecular Sciences y almacenado en la Librería Nacional de Medicina de EE. UU., arroja luz sobre esta condición:
-
Afecta a entre 1.9 y 3.7 personas por cada 100,000 habitantes al año.
Aunque es más frecuente en mujeres de mediana edad, puede atacar a cualquier grupo demográfico.
Los pacientes experimentan alucinaciones táctiles reales: sienten picazón, mordidas o movimientos bajo la piel.
Este padecimiento no es una simple imaginación; tiene una raíz neurológica. Está vinculado a alteraciones en el sistema de dopamina. Cuando el transportador de este neurotransmisor falla, se acumulan niveles excesivos en áreas cerebrales específicas, detonando pensamientos delirantes y percepciones sensoriales alteradas.
Existen tres tipos clasificados de este síndrome:
-
Primario: Surge sin una causa aparente externa.
Secundario: Asociado a otros trastornos mentales como esquizofrenia, depresión mayor o ansiedad.
Orgánico: Relacionado con deficiencias médicas o, crucialmente en personas menores de 40 años, con el consumo de drogas (cocaína, anfetaminas) o efectos adversos de ciertos medicamentos (corticosteroides, opiáceos).
Síndrome de Ekbom: señales de alerta y peligro mortal
El caso del taxista en la CDMX ejemplifica cómo este síndrome puede convertirse en una emergencia médica inmediata. La desesperación por "sacarse" los parásitos lleva a las víctimas a conductas extremas:
-
Autolesiones severas (rascado compulsivo, cortes).
Uso de sustancias tóxicas o pesticidas sobre la piel.
Accidentes fatales por distracción o pánico (como en este caso).
Intentos de suicidio ante la angustia incontrolable.
Factores como el estrés crónico, el aislamiento social, el divorcio y los problemas económicos —comunes en estas fechas decembrinas— pueden fungir como detonantes o agravantes del cuadro.
Síndrome de Ekbom: ¿hay tratamiento psiquiátrico?
El gran obstáculo para tratar el Síndrome de Ekbom es la falta de adherencia. Los pacientes suelen acudir a dermatólogos llevando "pruebas" (pelusa, piel muerta) en frascos, convencidos de que es una infección. Al ser derivados a psiquiatría, muchos rechazan el diagnóstico y el tratamiento con antipsicóticos, lo que prolonga su sufrimiento y riesgo.
Aunque los peritajes forenses determinarán las causas exactas del comportamiento del conductor fallecido, su trágico final pone sobre la mesa la importancia de atender la salud mental y reconocer las señales de crisis psicóticas en la vía pública.



Dejá tu comentario