12 de diciembre 2025 - 12:00

El momento en el que Televisa conquistó el corazón de 200 millones de rusos

Conocé la historia de la producción de Televisa que se volvió un fenómeno cultural en la Unión Soviética a principios de los 90.

El momento en el que Televisa conquistó el corazón de 200 millones de rusos

El momento en el que Televisa conquistó el corazón de 200 millones de rusos

El vasto y hermético territorio de la antigua Unión Soviética, inmerso en la vorágine de la Perestroika y el ocaso de un sistema, encontró en la pantalla chica un inesperado catalizador emocional: el melodrama mexicano.

Y no fue cualquier historia. Una producción de Televisa de finales de los setenta, protagonizada por una de las figuras más emblemáticas del star system nacional, logró lo impensable: romper la barrera ideológica y lingüística para convertirse en un suceso de masas. Este capítulo de la historia televisiva es la prueba fehaciente de que el poder de la lágrima y el romanticismo trasciende fronteras.

Cómo fue la llegada de Verónica Castro y Televisa a Rusia

La década de los setenta y ochenta en México fue cimentada en el carisma inigualable de Verónica Castro. Con su mirada hipnotizante y su cabellera icónica, la actriz se erigió como la reina indiscutible del género, cosechando éxitos que se siguen retransmitiendo hasta el día de hoy. Pero fue su papel como la humilde y atribulada Mariana en la producción de Televisa de 1979, junto al galán Rogelio Guerra (Luis Alberto), el que protagonizaría una de las anécdotas más fascinantes de la televisión global. Hablamos, por supuesto, de 'Los Ricos También Lloran', la telenovela que definió una era.

los ricos tambien lloran

La trama, un clásico del género rosa que narra el ascenso y los infortunios de una joven en busca de su lugar en el mundo, tuvo su estreno original en México hace más de cuatro décadas. Sin embargo, su impacto real a nivel geopolítico se daría una década después y a miles de kilómetros de distancia.

El arribo de la telenovela a las pantallas soviéticas no fue un camino de rosas, parafraseando su icónica sucesora, Rosa Salvaje.

A finales de 1991, en un contexto de profunda transformación social y política, la dirección de la cadena de televisión rusa decidió hacer una prueba. El 18 de noviembre se inició una breve emisión experimental, proyectando dos episodios diarios durante cuatro días. El experimento fue brusco; la directiva del canal, escéptica ante el melodrama extranjero, lo interrumpió, dando por sentado que no lograría conectar con la audiencia local.

La interrupción provocó un aluvión de peticiones. La audiencia, ya enganchada al drama de Mariana, exigía su regreso. Este clamor popular obligó al canal a recular, y el 21 de diciembre, 'Los Ricos También Lloran' regresó triunfalmente. Inicialmente se emitía solo los fines de semana, pero el fervor era tal que a partir de junio de 1992, la telenovela se consolidó en la parrilla vespertina de martes a jueves, con su respectiva repetición matutina. Se transmitieron 243 episodios de aproximadamente 20 minutos cada uno, un compromiso maratónico para el público soviético.

El fenómeno superó todas las expectativas. Se estima que alrededor de 200 millones de espectadores soviéticos sintonizaron la telenovela de Televisa, convirtiendo la historia de Mariana y Luis Alberto en un tópico nacional. La resonancia cultural fue tan profunda que hasta la propia Verónica Castro fue invitada a Rusia y recibida con honores por el jefe de Ostankino, Yegor Yakovlev, ante la magnitud del suceso.

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El crítico y periodista Yuri Bogomolov capturó la esencia del fenómeno al señalar que el triunfo era más que simple éxito: "La ficticia Marianne ya aparece en las encuestas de opinión; su nombre aparece junto a los nombres de verdaderos políticos cuando le preguntas a un hombre de la calle en quién confía más". La heroína de la ficción se había inmiscuido en la realidad política y social.

El éxito de producciones latinoamericanas, incluyendo precedentes como 'La Esclava Isaura' (1976), no solo abrió la puerta para 'Los Ricos También Lloran' sino que Televisa marcó la pauta. Esta oleada de melodrama sentó un precedente en la televisión rusa, hasta el punto que, según el productor Pavel Korchagin, existía la duda en el mercado local sobre si las series rusas podrían alguna vez competir con la calidad de las narrativas latinas.

La emisión de este clásico de Televisa no es solo un hito televisivo; es un puente cultural que demostró cómo una historia de amor, adversidades y esperanza, forjada en México, podía resonar profundamente en un contexto culturalmente aislado, enriqueciendo el tejido social de dos mundos dispares.

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