26 de abril 2024 - 08:27

Charlas de quincho en Uruguay

Los ecos del discurso del presidente en Argentina perduran. En Montevideo, crecen voces preocupadas por empresas que no logran sostenerse.

Luis Lacalle Pou en la cena anual de Fundación Libertad
Foto: Fundación Libertad

El discurso del presidente Luis Lacalle Pou en la cena de la Fundación Libertad, en Buenos Aires, estuvo lejos de pasar desapercibido. Si bien abordó el tema de la libertad y la reivindicó como principio básico de su accionar político, su enfoque contrastó directamente con lo que en Argentina se viene escuchando de boca del presidente Javier Milei. Lacalle Pou enfatizó en la necesidad de un Estado fuerte, con un sistema político con poderes independientes y partidos políticos firmes, que otorguen estabilidad. “En eso se basa la política en Uruguay”, remarcó.

Más allá de las visiones, las diferencias filosóficas dentro del liberalismo no están -ni cerca- en el centro de la relación entre Argentina y Uruguay. “Lo clave es lo que dijo el Presidente al principio -comentó un empresario uruguayo vinculado a la logística, que estuvo en la cena en Buenos Aires-: el cambio político significativo que llegó con el nuevo gobierno argentino, en particular al habilitar la profundización del canal de acceso al Puerto de Montevideo. Eso generó una mejora notable para la logística portuaria uruguaya, y se lo debemos a Milei y a la canciller Mondino”, remarcó. Precisamente, el presidente uruguayo estuvo acompañado por su secretario personal, Nicolás Martínez, y por el canciller Omar Paganini, quien compartió mesa al lado de su par de Argentina.

Lo que sí es diferente es el tono, y eso lo remarcaron empresarios argentinos a la delegación uruguaya. “Uno puede estar de acuerdo casi al 100% con lo que dice Milei… el problema es cómo lo dice”, comentó un empresario argentino cercano al ‘círculo rojo’, al oído de los uruguayos. “En ese sentido, hay una gran diferencia con Uruguay; ustedes no tienen exabruptos permanentes y se manejan con civilidad”.

Sin caer en la jactancia, otro empresario uruguayo que participó en la cena compartió el punto. “Es que estamos en mundos diferentes: Argentina está en una crisis tremenda, buscando salir… fijate que Milei estuvo… ¡Una hora hablando de inflación! nosotros ya sabemos lo negativo de vivir con inflación. Hoy estamos en otro plano, aunque no hay que dormirse en los laureles”.

En el momento en que Lacalle Pou hizo uso de la palabra Javier Milei no estaba presente. Pero al culminar su presentación, el presidente argentino tuvo un breve diálogo con su par uruguayo, que aprovechó para reiterarle la invitación a visitar Uruguay.

Luego de los postres y cuando emprendían retirada, un economista que va y viene entre las dos orillas deslizó: “lo que me llamó la atención fue la mención de Milei a la deflación… ¿será que espera una caída del IPC?”. Un colega le respondió: “con la recesión que hay, no puede descartarse”.

Acreedores

El concurso de acreedores al que se presentó el desarrollador inmobiliario Balsa generó preocupación en el ambiente del “Real Estate”, Hay quienes ven un problema más allá del caso puntual. “La inversión inmobiliaria está siendo enorme y no hay que descartar que esté superando a la propia demanda. Es como el juego de la silla -ejemplificó un financista vinculado al sector-: mientras sigue la música, todos bailan… pero cuando para alguno se queda sin lugar”. Agregó que buena parte de la inversión ha llegado desde Argentina. “Ahora con Milei, las oportunidades de colocar capital se han renovado en Buenos Aires y eso puede generar un cambio en la tendencia de inversión hacia Uruguay. “En Argentina todo es mucho más riesgoso… pero ahora colocás en pesos y el retorno en dólares es enorme”, enfatizó.

El concurso de Balsa es voluntario y por unos U$S 65 millones de pasivos. Habrá que ver el descalce financiero a enfrentar y si se logra una solución. “La idea del concurso es esa: poner todas las cartas sobre la mesa y acordar una salida… el tema es ver si eso es posible”, describió un contador vinculado a estos procesos.

Transporte

La empresa Copsa está nuevamente en problemas y debe parte de los sueldos de marzo. Pero en el gobierno sospechan algo más que un problema exclusivamente financiero. “Los problemas vienen de hace tiempo y se venían analizando soluciones… pero generaron este problema, oh casualidad, justo a pocos meses de las elecciones”, afirmó un jerarca del gobierno. “Parecería que nos quieren presionar por el lado político, generando un conflicto con los trabajadores y perjudicando a los usuarios, pero no vamos a ceder: el problema es de la empresa”, agregó.

Desde la empresa señalan que compiten en desventaja con otras empresas que obtienen subsidios cruzados. “Estamos en el transporte suburbano… pero compitiendo con firmas que tienen subsidios por el transporte urbano, no es justo”. Desde el oficialismo responden (otra vez) que esto se sabe hace tiempo. “¿Por qué irrumpe el problema ahora? Es bastante obvio que están presionando en un momento sensible políticamente”. Copsa ofreció ir pagando lo que debía a los trabajadores y está en camino una solución.

Europa

El jerarca europeo llegó directo del aeropuerto al Club de Golf, donde se desarrollaba el Encuentro Empresarial Europeo. Rupert Schlegelmilch es el jefe negociador de la UE en el manido acuerdo comercial con el Mercosur, que ha generado muchas más frustraciones que avances. El diplomático vino a transmitir a los uruguayos que no hay que bajar los brazos y hacer el esfuerzo final para firmar. “Uno tiende a pensar que es más de lo mismo”, dijo escéptico un empresario criollo vinculado a una importante empresa europea. “Pero la esperanza es lo último que se pierde…”. Schlegelmich reconoció que el punto clave es el ambiental. “El problema es que allí el que define es Brasil: los europeos lo cuestionan -para mí un poco injustamente- de diversos problemas ambientales y Brasil tiene que mover para acordar; nosotros la miramos de afuera, nos reconocen, nos halagan… pero seguimos sin abrir mercados”, agregó.

En el gobierno, en realidad, no solo preocupa la falta de avances sino los eventuales retrocesos. A partir del año que viene la UE exigirá que las exportaciones con ese destino tengan un certificado que acredite que los productos no llegan desde zonas deforestadas. “Uno puede pensar que es un problema más para Brasil que para Uruguay, pero estamos todos en el mismo mercado…”, dijo un empresario del agronegocio que asistía al Encuentro. “Además, en Uruguay hay quien quiere que la gestión y control de los asuntos del monte nativo pasen del MGAP al Ministerio de Ambiente, lo que podría conllevar riesgos… en Ambiente hay una permanente aversión a los temas productivos, a pesar de que somos un país de producción netamente sustentable”, remarcó.

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